La Gran Recogida de Alimentos ha contado en su tercera edición con la colaboración de más de tres mil voluntarios, que participaron en la recepción de productos realizada en los supermercados durante el viernes y el sábado. El entusiasmo, las ganas de repetir experiencia y la puesta de relieve de la necesidad de muchas familias cordobesas fueron algunos de los aspectos más destacados entre las personas consultadas por este periódico, que se mostraron contentas al poder colaborar con la campaña.

En esta línea, en uno de los establecimientos visitados Concha Muñoz afirmó que era la primera vez que participaba en esta iniciativa, "pero si se repite volveré a venir", señaló convencida. Concha explicó que los compradores que salían de la tienda donaron productos como leche, galletas, pañales, aceite, mantecados y turrones, y destacó que "todo el mundo está respondiendo de una manera muy buena". La persona que le acompañaba en su turno, Carmen Bernete, apuntó de otro lado que "en hora y media he llenado tres carros, los andaluces somos muy especiales", y añadió que al ser ya jubilada "le puedo dedicar tiempo".

En otro comercio, José Luis Yépez ejercía de responsable de grupo y detalló que los voluntarios que se encontraban allí pertenecen al Cáritas parroquial de San Nicolás de la Villa. De este modo, manifestó que "colaboramos porque recibimos alimentos de esta iniciativa" y precisó que el 80% de la comida que distribuyen entre personas necesitadas procede del Banco de Alimentos.

Yépez subrayó que en la tercera edición de la Gran Recogida "la gente está muy concienciada" y añadió que el viernes pasado incluso hubo personas que aportaron carros enteros. En referencia a la situación que se vive en la zona centro, apuntó que la demanda de comida por parte de familias que no tienen recursos "ha ido creciendo", aunque matizó que se trata de "gente que ha vivido muy bien y ahora les da vergüenza tener que pedir ayuda", por lo que "nosotros hacemos los repartos con intimidad". En concreto, en esta parroquia atienden la necesidad de comida de unas 90 personas. Así, una de las voluntarias que también estaba en el establecimiento, María Teresa Alvarez, añadió que "somos católicos practicantes y estamos aquí para ayudar a nuestros semejantes. Empleamos nuestro tiempo con mucho gusto".