En El Carpio, el alcalde, Francisco A. Sánchez (IULV--CA), ordenó ayer que las banderas ondearan a media asta hasta que concluya el entierro. Sánchez comentó que no ha tenido ocasión de hablar directamente con ella, "aunque sí con el duque actual y con Cayetano, como referente administrador de las propiedades que tiene en el municipio, con el que me he visto en varias ocasiones". Añade que las relaciones son muy cordiales en ese sentido y prueba de ello es que, con autorización previa de la familia, se le hará una misa en el pueblo. A nivel particular, comenta que la cocinera que estaba en la finca de El Carpio es parienta de su familia, "ya que era prima de mi madre y ha trabajado en el Palacio de las Dueñas, aunque ya está jubilada".

El ex alcalde de El Carpio Alfonso Benavides (PSOE), que ha gobernado en esta localidad entre los años 1982 y 1997 y entre 2003 y 2011, dijo que "siempre que he le pedido el favor a la duquesa para que le echara una mano a las personas necesitadas y le dieran trabajo, siempre lo ha hecho". También resalta detalles que han marcado la afinidad de la duquesa de Alba con el pueblo de El Carpio, como la cesión de los terrenos para la instalación de los depósitos de agua potable, "hasta la ubicación del famoso burro junto a la autovía, que está instalado en su finca, pasando por la torre, el teatro, las grúas, el Palacio, etcétera". Entre las anécdotas que recuerda Benavides, comenta que cuando se iban a instalar las placas termosolares en su finca "se puso totalmente en contra de dicha instalación y me pidió personalmente el duque de Huéscar por favor que le remitiera una carta a la duquesa, que a mí si me haría caso". Lógicamente, le remitió dicha misiva diciéndole que era bueno para el pueblo, tanto en lo económico como a nivel de empleo. Inmaculada Gaitán, que ha trabajado como limpiadora durante 7 años en el Palacio de Las Dueñas, dijo que "se portaba muy bien con el servicio de palacio". La ex alcaldesa de Pedro Abad María Luisa Wic (PSOE) también guarda un buen recuerdo de ella, que visitó la localidad en 1995, invitada por ella, para conocer el legado artístico de su Semana Santa y la casa del pintor Rodrigo Prieto Rojas. Comenta que "era sensible, socialmente comprometida, encantadora y cuando estás con ella no te das cuenta que estás ante una aristócrata".