Los efectos de la crisis económica también se pueden ver en los lineales de los supermercados. El desempleo y la precarización de las condiciones de trabajo han provocado un recorte en la capacidad del gasto que las familias tienen en alimentación, obligándolas a modificar los hábitos de consumo para adaptarse al contexto de crisis económica. En este sentido, las organizaciones de consumidores apuntan que se están cambiando las grandes superficies por los comercios de barrio y, en lugar de realizar grandes compras, se acude casi a diario a los establecimientos, con el objetivo de controlar mejor el presupuesto. La Unión de Consumidores de Andalucía (UCA) estima que la inversión en alimentos se ha reducido en torno a un 50% desde el inicio de la recesión, en línea con el recorte experimentado en el periodo navideño, en el que no obstante la demanda suele ser más destacada.

Entre los factores que inciden en esta coyuntura, el vicepresidente de esta organización Miguel Angel Ruiz señala que el consumidor tiene "cada vez menos dinero para comprar" y esto coincide con un incremento "considerable" de "muchos de los precios" de productos básicos, lo que en su opinión está provocando que sea "tremendamente complicado" mantener una alimentación adecuada.

EL NEGOCIO El objetivo de la empresa es ahora captar a un cliente que se inclina por el comercio de cercanía, en detrimento de las grandes superficies. "Antes se iba al hipermercado y ahora se va al supermercado o a la tienda de barrio", señala Miguel Angel Ruiz. Ante este cambio de hábitos, las firmas han potenciando las marcas blancas y la oferta de promociones y descuentos, y según UCA Andalucía también existe "una guerra de precios" en la distribución, donde según señalan sería necesario evitar "la especulación" para reducir la diferencia entre lo que percibe el productor y lo que paga el consumidor.

Del mismo modo, el presidente de Facua Córdoba, Francisco Martínez Claus, confirma que durante los años de recesión, "evidentemente, el consumo ha bajado no solo en los productos de ocio, sino también en alimentación", y aclara que, a su juicio, "se está viendo que la necesidad obliga a comprar de manera diaria y hacer un desembolso mucho menor". En esta modificación de la tendencia de consumo también se ha orientado el gasto hacia el hogar y desde Facua Córdoba subrayan que en la actualidad los ciudadanos salen menos y destinan menos recursos a la actividad fuera de casa.