Los brotes verdes siguen sin dar sus frutos en Córdoba. En una provincia donde el número de parados no deja de crecer, la pobreza continúa ganando el pulso a la crisis. Los últimos datos recopilados por Cruz Roja reflejan que en solo cuatro años el número de pobres se ha multiplicado por 15, pasando de 606 demandantes de alimentos en el 2008 a 9.365 en el 2012, a los que hay que sumar otros 24.435 que se beneficiaron indirectamente al ser familiares de los receptores de ayudas, lo que elevaría hasta 33.800 el número de personas en situación de dificultad que han recibido productos de primera necesidad de la entidad en el último año. En la misma línea que Cruz Roja, entidad que se ha visto forzada por la crisis a poner en marcha nuevos proyectos para atender las situaciones de emergencia local en forma, por ejemplo, de reparto de material escolar o de ayudas económicas puntuales destinadas al pago de hipoteca, alquiler, luz o agua, Cáritas atiende ya a más de 400 familias, más del doble de la previsión inicial, a través de su economato, una especie de supermercado social ubicado en Las Margaritas en el que los usuarios solo pagan el 20% del coste de los alimentos que consumen.

COMEDOR TRINITARIO Los datos del Comedor Trinitario constantan el devastador efecto de la crisis. Si en el 2006, el comedor ofreció unos 9.000 servicios de comedor, desde el 2008 la cifra ha ido en aumento y, aunque las plazas disponibles siguen siendo las mismas, el comedor se ha visto obligado a ofrecer más turnos de comida, atendiendo el año pasado a casi 1.200 personas en un total de 16.179 servicios de comedor. También atendió más de 3.000 servicios de ducha y más de 5.000 de ropero.

Todas las entidades consultadas coinciden en el cambio significativo del perfil del demandante, sumándose a la pobreza tradicional con presencia mayoritaria de inmigrantes, nuevos beneficiarios pertenecientes a familias hasta antes de la crisis de clase media acomodada que, al encontrarse en situación de desempleo prolongado y sin recursos económicos suficientes, se ven en la necesidad de solicitar algo tan básico como alimentos. El hambre, por tanto, es un problema real que sufren un número creciente de personas en Córdoba, muchos de ellos niños.

La buena noticia es que la solidaridad ha aumentado de forma paralela al índice de pobreza. Prueba de ello es la actividad frenética que mantiene el Banco de Alimentos Medina Azahara de Córdoba, al que no dejan de sumarse mes a mes nuevas empresas, bancos, instituciones y particulares, a través de las operaciones kilo (más de 80 en el 2012) o como voluntarios, interesados en aportar su granito de arena a la causa. De los 17.500 kilos repartidos en el 2004, se ha pasado a dos millones y medio de kilos en el 2010. El año pasado, solo en la gran recogida de alimentos se recopilaron unos 150.000 kilos.