El día transcurrido desde la inauguración oficial de la Ribera, que ha supuesto el regreso de autobuses de Aucorsa y taxis al tramo que llevaba tres años y medio cortado entre Caño Quebrado y Santa Teresa de Jornet, ha puesto de manifiesto las discrepancias en torno al tráfico que debe soportar. De las valoraciones realizadas por distintos colectivos se desprende que la semipeatonalización adoptada une a hosteleros y comerciantes, que la apoyan, y divide a los vecinos y a los grupos municipales, ya que dentro de estos se dan las mayores diferencias.

La Federación Comercio Córdoba defiende el paso de autobuses y taxis, según manifestó ayer su presidente, Rafael Bados, al igual que Hostecor, cuyo vicepresidente de bares y restaurantes, Alberto Rosales, piensa que "los clientes deben llegar de alguna manera". A favor de la semipeatonalización se muestra también el responsable de la Cátedra española de Seguridad Vial de la Unesco, Manuel Balado, siempre que no existan otras alternativas para la movilidad de los residentes y respetando prioridades, "primero, el discapacitado; segundo, el peatón; tercero, el ciclista y cuarto; los demás".

La Federación Al-Zahara sigue con la misma postura de hace un año y aboga por cumplir con el plan de accesibilidad, es decir, "transporte público por la Ribera", según reitera Juan Andrés de Gracia. La misma línea mantiene el Consejo de Distrito Centro, aunque su presidente, Rafael Soto, pide que a autobuses y taxis se sumen los residentes. Sin embargo, distinta postura tienen el Consejo de Distrito Sur y otras asociaciones, que piden la peatonalización total. Su presidente, Antonio de la Rosa, alerta de la contaminación y del riesgo de accidentes y no descarta tomar medidas. La asociación de vecinos de la zona, Axerquía, tampoco quiere tráfico allí. Su presidenta, Juana Girón, aseguró que estarán atentos a lo que ocurra y temen, sobre todo, porque no se respete la limitación de velocidad y por los despistes de los turistas. Otra asociación vecinal, Puente Romano, que hasta ahora había defendido el regreso del tráfico, cambia de postura y pide lo contrario. Su presidenta, Carmen Sevilla, asegura que los vecinos se van a ver perjudicados por la pérdida de la línea 3 y su regreso a la Ribera.

En el Ayuntamiento, y a favor de la semipeatonalización puesta en marcha por el PP, conocida desde hace un año y esperada desde mucho antes, se muestra UCOR. "Era lo que se esperaba y para lo que se hizo la obra, para taxis y autobuses y con preferencia peatonal". En cambio, el portavoz del PSOE, Juan Pablo Durán, piensa que "lo que Córdoba gana con el transporte público no es tanto como lo que pierde". Durán advierte del peligro que entrañará cuando haya mayor afluencia de gente. Además, cree que la zona Sur pierde su conexión con la ciudad con el cambio de itinerario de Aucorsa. Ese aislamiento fue denunciado también por la agrupación del distrito Sur del PSOE, partidaria de peatonalizar. El portavoz de IU, Francisco Tejada, piensa que "la convivencia de autobús y taxi con turistas y cordobeses no será fácil" y que con el tiempo se verán los efectos en el pavimento. Alertó del peligro que conlleva y justifica los cambios de postura en que la realidad de junio del 2009 no es la de ahora.

La presidenta de Aucorsa y responsable de Movilidad en el Ayuntamiento, Ana Tamayo, explicó que la primera jornada se desarrolló "con normalidad" y que autobuses y taxis están entrando de "forma progresiva". Aseguró que se está teniendo "una especial observación de la preferencia peatonal".

El arquitecto Juan Cuenca también aludió al tráfico en la Ser , donde dijo que "cierto tráfico no denso y de servicios al ciudadano no me parece mal", aunque reconoció que "un autobús de grandes dimensiones choca".