Un autobús de la línea 3 (Albaida-Renfe-Fuensanta) abrió la veda a la 3 de la tarde. Después de 44 meses cerrado al tráfico, el ruido de los motores volvió a sonar ayer por la Puerta del Puente. Apenas dos horas más tarde pasó el primer 12, la línea de Aucorsa que une el Naranjo con el Sector Sur. El Ayuntamiento ha mantenido, a pesar de las críticas de varios colectivos vecinales, la circulación del transporte público y de los residentes de la zona Acire 2, que se amplió en noviembre al eje Lucano-Lineros-Don Rodrigo y el tramo de Ronda de Isasa. Ayer, fue un día de lógica confusión. Con acierto, el Area de Movilidad apostó varios agentes de la Policía Local, que informaron a los despistados. Hubo a quien lo condujo erróneamente el gps y, según informaron los agentes, los más liados fueron turistas. Y es que a pesar de que hay señales y de que una cámara apunta las matrículas en la calle Caño Quebrado, se teme que sean muchos visitantes los que se sigan colando por la Ribera. Entre los más contentos, los taxistas. El presidente de Autacor, Miguel Ruano, constató la alegría del sector, ya que contaban "los tres años y ocho meses que llevaba cerrada como una condena". Restó importancia a la peligrosidad aducida por los colectivos contrarios a la semipeatonalización: "Estamos acostumbrados a pasar por la Mezquita respetando nuestro bien más preciado: el turista. No tiene por qué perjudicar al entorno turístico"; y defendió el abaratamiento del servicio y la señalización que, a su juicio, "no lleva a duda". Pero incluso entre los profesionales hubo despistes. Al menos tres taxis condujeron en dirección prohibida (hacia la Cruz del Rastro) y tuvieron que ser advertidos por los agentes. A través de radio-taxi se difundieron a lo largo de la jornada las nuevas normas. "Estamos transmitiendo prudencia; sabemos que manda el peatón".