El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, vinculó la nueva imagen del entorno de la Ribera con otro proyecto de la Junta, el Centro de Creación Contemporáneo, el C4, y con una iniciativa que quiere sacar adelante "dentro de nada", un pacto andaluz que subraye el papel de la cultura como fuente de riqueza. A su juicio, tanto los proyectos realizados en el entorno de la Ribera como el que se encuentra en ejecución en Miraflores, el C4, "han de servir para potenciar lo que es y ha de ser siempre Córdoba, la capital cultural, iba a decir de Andalucía, de España". Aún así, y pese al varapalo del 2011, Griñán considera que Córdoba ya "es una gran capital cultural", con una riqueza y ubicación "que deben ser aprovechadas". Con el pacto al que Griñán hizo referencia y el C4, "el centro neurálgico de la creación va a estar en Córdoba".

El proceso de transformación que ha sufrido la zona es "el más importante de los hechos en la comunidad andaluza", según recordó, que hizo hincapié en que "ha sido un proyecto compartido porque ha participado la ciudad desde un primer momento". A través del plan de actuaciones, "se ha huido de un pasado que fue negligente y agresivo con la ciudad". Griñán rememoró el antiguo aspecto del Puente Romano, "que era un ataque a lo más grande de Córdoba", y la antigua Nacional IV que rompió la Ribera.

Antes de su intervención, en sus declaraciones a los periodistas, dejó en el aire futuras intervenciones en la zona. Cuando acabaron las obras, Juan Cuenca dijo que hacía falta continuar con el pretil e intervenir en la vegetación. "Si lo ha dicho Cuenca, lleva razón, pero no podemos caminar a más velocidad de la que nos permiten nuestras piernas y hemos de hacerlo siempre en función de la disponibilidad presupuestaria", señaló. Aún así, se mostró convencido de que el dinero invertido "se va a recuperar" porque "la cultura es también riqueza".