Manifestaciones y concentraciones, cortes de carretera, huelgas, cierre de explotaciones y falta de liquidez en empresas y en los agricultores se han convertido en los últimos meses en rasgos definitorios de la agricultura y ganadería cordobesa. La crisis económica ha acentuado los problemas y la pérdida de rentabilidad en la mayoría de los subsectores, desde el lácteo, al citrícola, pero también el olivarero o el ganadero. A esto se han unido los recortes adoptados por el ministerio y la consejería responsables del sector primario. Los productores piensan ya que su futuro es incierto si no se toman medidas.

La semana pasada unos dos mil ganaderos se concentraron en Alcaracejos para denunciar la crisis de precios del sector lácteo. Las asociaciones de ganaderos advierten de que producir un litro de leche cuesta 0,40 euros y el precio que recibe de la industria se sitúa en 0,34 euros. Este desajuste se ha ensanchado por el fuerte incremento de los costes, que han subido en el último año alrededor de un 45%.

Córdoba es la provincia con mayor importancia en Andalucía al acaparar el 52% del censo de vacas y novillas de leche y el 55% de la producción. Los bajos precios, por la entrada de producción de otros países, ha provocado la desaparición de más del 50% de las explotaciones andaluzas en los últimos quince años, tendencia que seguirá, según advierten los ganaderos, si no se toman medidas inmediatas. España produce solo dos terceras partes de la leche que necesita, mientras que en Andalucía se consumen cerca de 700.000 y se producen unas 440.000. Como sucede con el sector lácteo, la producción de cítricos sigue inmersa en una grave crisis de precios, con cotizaciones por debajo de los costes de producción, según denuncia Asaja, abonándose al agricultor un 10% de lo que tiene que pagar el consumidor por un kilo de naranjas. La patronal agraria califica la situación del sector de "insostenible", repitiendo por segundo año consecutivo precios "ruinosos". Ante este panorama, el sector demanda que se modifique la normativa de competencia y se preste atención a la agricultura y ganadería, así como una ley de la cadena alimentaria que resuelva los problemas que plantea la gran distribución.

Las perspectivas del olivar no son más optimistas al encontrarse el sector ante la cosecha más baja de la última década, pues habría que remontarse a la campaña 1999/2000 para localizar una producción más reducida que la que se está obteniendo en el actual ejercicio. El único respiro que están encontrando los olivareros es el repunte de los precios en esta campaña tras varios años situándose sobre los dos euros o por debajo de este nivel, como sucedió durante la mayor parte del año 2012.

Los cultivos herbáceos vienen también de sufrir uno de sus peores años como consecuencia de la sequía que afectó al campo durante el 2012. La producción de trigo se redujo un 58%, mientras que la de cebada cayó un 81%. En el girasol, la merma fue del 71%. Tampoco fue mejor la campaña del viñedo. El pasado año se produjeron 34.000 toneladas de uva de vinificación, un 35% menos que en el 2011. En el caso de los cítricos, la cosecha de mandarino bajó un 26%.