La historia reciente de la joyería cordobesa se puede seguir a través de la evolución de la feria comercial con mayor continuidad de la ciudad. Joyacor ha sido un buen termómetro para la industria platera de Córdoba. En la actualidad, el sector no pasa por su mejor momento, como ocurre con el salón de la joyería. Ahora se ha reinventado para tratar de resistir a una crisis que ha dejado en el camino alrededor de quinientas empresas desde el 2007. Los altibajos de Joyacor han sido constantes en sus 27 ediciones anteriores.

El certamen empresarial inició su andadura en 1984 con 51 expositores y en sus cerca de tres décadas ha cambiado de emplazamiento en cuatro ocasiones, anunció su marcha a Sevilla (1995) y Marbella (2001) o llegó a suspenderse en el año 2002. Pero también hubo momentos de gran esplendor que permitieron al sector consolidarse y crear una imagen considerada de la joya cordobesa. En 1991, tras abandonar el Palacio de la Merced e instalarse en Ifeco, se alcanzó el máximo de participantes antes de llegar al Parque Joyero. Reunió 150 estands. Sin embargo, este recinto se fue quedando pequeño y muy limitado para un certamen muy profesional que recibía miles de visitantes. A esto se unía la reivindicación de mayores apoyos, la caída de ventas, la crisis que surgió con el caso IVA y las sanciones millonarias que sufrieron numerosas empresas cordobesas.

El retraso en la finalización de las obras del Parque Joyero llevó la feria a Caballerizas Reales en dos ediciones, hasta que en 2005 se trasladó al pabellón de Cajasur en el Parque Joyero, convirtiéndose en el certamen con mayor inversión presupuestaria y más participantes ese año. Entonces concurrieron 180 empresas, el presupuesto ascendió a 1,8 millones de euros y se anunció la visita de 80 compradores internacionales. Antes de la llegada de la actual crisis económica, la Asociación Provincial de Joyeros llevó la presentación oficial del certamen a Madrid. Ocurrió en el año 2007 y tuvo lugar en el centenario hotel Ritz. En ese acto, los joyeros cordobeses distinguieron a la duquesa de Alba con una joya por su apoyo al sector. Hoy, Joyacor trata de resurgir tras la importante caída del consumo y de participantes registrados en las últimas ediciones. Esta tendencia es un reflejo de lo que ha ocurrido también con otros certámenes monográficos de joyería, que han desaparecido o han tenido que aliarse con otros sectores.