Después de una guerra, solía incrementarse la venta de barras de labios de color rojo y de productos cosméticos, pero en estos momentos el consumo ha descendido y el presidente de la Unión de Empresas y Profesionales de Peluquería y Estética de Córdoba, Gregorio Porras, explica que el sector se está reinventando para superar la actual recesión, tomando lo positivo de otras épocas. De este modo, España ha pasado de ser el país europeo en el que más se visitaban los salones de belleza a igualarse con el resto, y muchos negocios cordobeses están tratando de reconocer la fidelidad de sus clientes o captar a otros nuevos a través de productos como los bonos y los descuentos para desempleados.

Al igual que en otros sectores pertenecientes a distintas ramas de actividad, Gregorio Porras explica que "se están cerrando salas a un ritmo vertiginoso" y la subida del IVA, que ha pasado del 8 al 21%, también está perjudicando a sus negocios, ya que viene a sumarse al contexto general de crisis económica. Por esto los profesionales "en muchos casos están haciendo descuentos específicos para desempleados", aunque en otros han optado, por ejemplo, por ofrecer bonos con los que se regala algún servicio al cliente cuando se acumula cierto número de visitas. Así, a juicio del presidente del colectivo, en estos momentos se están abriendo dos salidas para los empresarios, "una es el low cost y la otra, la calidad a un precio razonable", explica.

En marcha

De otro lado, las autoescuelas cordobesas habían perdido en el 2011 alrededor de un 70% del alumnado que tenían en el año 2008 y el presidente de la asociación provincial, Rafael Pérez, señala que han tomado distintas medidas para incentivar a una clientela que está integrada en más de un 90% por jóvenes de entre 18 y 27 años. En esta línea, si hace unos años hasta estos negocios llegaban ciudadanos de todos los perfiles (incluidos aquellos que nunca se habían planteado obtener el permiso de conducir), en estos momentos el público se ha reducido. Esto ha llevado a algunas empresas a realizar descuentos a quienes presentan el carné de estudiante, otras ofrecen reducciones de precio, por ejemplo, a los afiliados a sindicatos; hay quienes permiten la financiación de los permisos de conducir (para que los usuarios puedan pagar pequeñas cantidades a plazos), y también realizan ofertas puntuales o se facilitan bonos por los que regalan algunas clases.

En el ámbito de la cultura, el director gerente del Instituto Municipal de Artes Escénicas, Juan Carlos Limia, avanzaba hace unos días que están estudiando la posibilidad de realizar descuentos a los desempleados para algunos de los espectáculos que se ofrecen en los espacios municipales. En este sentido, el pasado mes de julio ya probaron esta experiencia en el Festival de la Guitarra y Limia aclaró que habrá casos en los que no se pueda hacer, porque no todas las actividades dependen del IMAE (que en ocasiones cede el uso de las instalaciones a las productoras), pero en otros sí se podrán proponer estas reducciones de las tarifas. Una iniciativa que, según han confirmado recientemente a este periódico, ya está desarrollando la Orquesta de Córdoba, que ofrece una rebaja del 25% en el precio de sus conciertos a los ciudadanos que se encuentran en situación de desempleo.

Los bonos sociales

Además, otro de los descuentos que pueden encontrar los colectivos más vulnerables es el bono social del suministro eléctrico, que fue impulsado en el 2009 por el Gobierno central para facilitar el acceso a esta energía a todos los ciudadanos. Esta iniciativa supone una congelación de la factura de la luz para los consumidores acogidos a la Tarifa de Ultimo Recurso en sus viviendas habituales que, además, cumplan alguno de estos requisitos: ser familia numerosa, tener 60 años o más y ser pensionista (si se percibe una pensión mínima), contar con una potencia contratada inferior a los 3 kilowatios o formar parte de un núcleo familiar que tenga a todos sus miembros en el paro, una circunstancia cada vez más habitual.