El PNV se impuso con claridad al lograr 27 parlamentarios, en unas elecciones marcadas por el éxito del soberanismo vasco, que ocupará 48 de los 75 asientos del Parlamento de Vitoria. El retroceso del llamado bloque constitucionalista, PSE (16 escaños) y del PP (10), le impide sumar suficientes apoyos para plantear una alternativa de Gobierno, mientras que el notable resultado de EH Bildu, segunda fuerza con 21 escaños, le reserva un papel protagonista para esta legislatura.

Tras saberse ganador, Urkullu compareció en la sede del PNV visiblemente emocionado para anunciar que buscará acuerdos con el resto de fuerzas, aunque no descarta formar un gobierno monocolor en minoría. La opción que los peneuvistas barajan de salida es la formación de un Ejecutivo que obtenga apoyos puntuales del resto de grupos.

La noche electoral, además de la caída del PSE, que pierde nueve representantes, y del PP, que se deja tres, trajo también malas noticias para las dos fuerzas de la izquierda que habían protagonizado un divorcio traumático: Ezker Batua y Ezker Anitza-Izquierda Unida. Ambas quedaron fuera de la Cámara, lo que provocó la dimisión irrevocable del coordinador de la segunda coalición, Mikel Arana. Por su parte, UPyD logró mantener su único escaño, por lo que finalmente en el Parlamento vasco habrá cinco grupos con representación

El magnífico resultado de EH Bildu mejora notablemente la cosecha de anteriores ententes de la izquierda abertzale, aunque se evidencia un ligero desgaste en Gipuzkoa, donde gobierna la Diputación foral y decenas de ayuntamientos. Con todo, siguen siendo la fuerza más votada en este territorio. Nunca antes, salvo en la primera legislatura (1980-1984) con Herri Batasuna, había logrado situarse como segunda fuerza, aunque entonces fue con 11 diputados.

"ORDENES DE MADRID" La candidata Laura Mintegi, interrumpida constantemente por gritos a favor de la independencia y de la amnistía para los presos de ETA, aludió reiteradamente a la mayoría nacionalista del nuevo Parlamento, y afirmó que ±es hora de empezar a pensar como paísO y de "parar las órdenes que llegan de Madrid". Rodeados de ikurriñas y esteladas, entre el público que se congregó en el polideportivo de La Casilla de Bilbao destacaron dirigentes de la izquierda aberzale como Pernando Barrena, Joseba Permach y Rufi Etxeberria, invisibles durante la campaña. El peso político que recupere ahora la vieja guardia, junto a los efectos de la legalización de Sortu, marcarán la estrategia de la coalición.

También hubo gritos en favor de la independencia en la fiesta del PNV, a la que Urkullu acudió con una corbata con estampado escocesa, claro guiño al referendo independentista que se celebrará en ese país. Los peneuvistas, vencedores en Vizcaya y Alava, lograron un gran resultado en los tres territorios, recuperando terreno en Gipuzkoa frente a EH Bildu y acercándose a sus mejores registros históricos en solitario.

EL PESO DE LA ABSTENCION La abstención, que ha sido del 34 %, fue uno de los argumentos esgrimidos por PP y PSE para explicar su retroceso. El candidato popular, Antonio Basagoiti, confesó que esperaban superar los 10 escaños obtenidos, y lamentó que no pudieran activar a su electorado, pese a que su propio lema electoral alentaba a sus simpatizantes a movilizarse para evitar la victoria nacionalista. También el lendakari saliente, Patxi López, admitió su decepción por el retroceso, ya que los votos obtenidos quedaron muy por detrás de los cosechados en el 2009, y que le permitieron llegar a los 25 escaños. Con todo, apuntó que "no termina la aventura socialista en Euskadi", pese a reconocer que los nacionalistas han sabido incentivar más el voto de sus seguidores en estas elecciones.

López, que no aclaró su futuro, declaró sentirse muy orgulloso de haber sido el primer lendakari del PSE y de haber cumplido "el sueño de generaciones enteras".