Once meses después de la desaparición de los pequeños Ruth y José --ayer mismo se cumplía el triste aniversario--, el caso Bretón ha completado esta última semana un giro radical, un trágico vuelco que ha llevado al juez instructor, José Luis Rodríguez Lainz, a imputar al padre dos delitos de asesinato con alevosía y agravante de parentesco. Y es que hasta tres informes han dictaminado que los restos óseos hallados en la hoguera que realizó José Bretón en la finca de Las Quemadas son de humanos, de niños de aproximadamente 6 y 2 años, y con estos datos, aun a falta de una prueba de ADN que sería concluyente, el magistrado cree que no se puede dudar de que se corresponderían con los cadáveres de los niños desaparecidos. De ahí una imputación, la de doble asesinato, que, sin embargo, rechaza José Bretón. Ni una coma piensa cambiar de su primera versión, ha anunciado su abogado, José María Sánchez de Puerta. Insiste en que perdió a los niños en el Parque Cruz Conde, pero el último auto judicial marca una tesis mucho más trágica. "Podemos llegar a la conclusión --señala el juez-- de que el encartado, tras matar a sus dos hijos, lo más probablemente al llegar a la parcela, y sin que podamos todavía establecer la forma en que hubiera cometido tan atroz hecho, trató de hacer desaparecer sus cadáveres, quemándolos en lo que diseñó como un auténtico horno o pira funeraria, y que para ocultar su responsabilidad llevó a efecto su plan preconcebido de simular que sus hijos habían desaparecido en el entorno del Parque Cruz Conde/Ciudad de los Niños".

Humanos: confirmado

Pocas dudas cabían ya tras el informe del prestigioso antropólogo forense Francisco Etxeberria y uno más del paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro, coincidentes ambos en que los restos óseos correspondían a dos menores. Ambos expertos habían puesto el caso patas arriba al contradecir a finales de agosto un primer informe de la Policía Científica que, solo unos días después de la desaparición de los pequeños, mantuvo que eran huesos de animales, un error mayúsculo que había conducido durante meses a la investigación por caminos equivocados para resolver el caso. Pero para zanjar cualquier duda, aún encargó el juez un cuarto informe, en este caso al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, que en colaboración con la Escuela de Medicina Legal de Madrid de la Universidad Complutense concluyó que los restos son "inequívocamente humanos". Es más, asegura el juez en su último auto, "muestran su más absoluta y firme convicción en que los huesos y dentadura se corresponden precisamente a dos individuos infantiles de dos y seis años de edad".

Mientras la familia materna, al conocer la confirmación, pedía respeto para vivir su duelo y se mostraba "rota de dolor" por el desenlace, al tiempo que aseguraba que pondrá todo su empeño en que se haga justicia, la Policía, en presencia de Bretón, regresaba a la parcela de Las Quemadas en busca de restos orgánicos y gasoil --el imputado había comprado 140 litros días antes de la desaparición--, así como para recoger cenizas y materiales que pudieran haber sido utilizados en la hoguera. No se halló un palo curvo para remover ascuas que aparece en fotografías realizadas el primer día pero sí una garrafa que pudo contener gasoil.

Nuevo auto

El miércoles se tradujo judicialmente el vuelco que había dado el caso en los días previos. El magistrado dictó el nuevo auto en el que le imputa a Bretón dos delitos de asesinato; el abogado del padre admitió que se vería obligado a redefinir su estrategia de defensa y apuntó la posibilidad de pedir más informes psiquiátricos sobre su cliente, y la Policía, de su parte, ante la contundencia de los informes de los expertos y la decisión del juez, destituyó a la antropóloga que firmó el estudio erróneo sobre los huesos, al tiempo que abrió

una investigación para conocer las causas que lo motivaron. Un "errático dictamen policial", según el juez, que invita, según apunta, más que a buscar responsabilidades o excusas, a "reflexionar y abrir un debate serio a nivel de protocolos de actuación, para que algo tan dramático y doloroso como lo sucedido no vuelva a acontecer".

Indicios "suficientes"

Pero, ¿qué indicios apunta el juez en su auto del 5 de septiembre para imputar asesinato a Bretón? Rodríguez Lainz señala primero, en su relación de "indicios suficientes", que "a falta de su corroboración por técnicas de diagnóstico diferencial", en la hoguera de la parcela "fueron quemados los cadáveres de dos especímenes humanos de seis y dos años de edad aproximadamente". Segundo, que durante el tiempo de la combustión, la única persona que se encontraba dentro de la parcela con Ruth y José era el encartado --"así lo reconoce él y lo justifica" el hecho de que no se le viera salir de la finca desde las 13.48 de aquel 8 de octubre hasta las 17.30--. Tercero, que "evidentemente el encartado no contaría con restos de origen desconocido de niños de esas edades a su disposición para dejarlos en la hoguera, coincidiendo con la pretendida pérdida accidental de sus hijos posteriormente; no tendría mucho sentido poder autoimputarse la muerte de dos niños desconocidos y encima la desaparición de los propios". En cuarto lugar, que la última vez que se sabe de sus hijos es a la salida de la casa de los abuelos. Y por último, que "se han acumulado abundantísimos indicios demostrativos de que el encartado simuló la pérdida de sus hijos en el Parque Cruz Conde". Por todo ello, señala el juez, se puede llegar a la conclusión de que, "tras matar a sus dos hijos" al llegar a la parcela, "trató de hacer desaparecer a sus hijos quemándolos en lo que se diseñó como un auténtico horno o pira funeraria".

Es más, adelantándose a que se pudieran plantear otras hipótesis, el juez dice que "nadie con un mínimo de raciocinio podría negar que si unos cadáveres de niños de aproximadamente dos y seis años son encontrados en la hoguera que reconoce el encartado que prendió durante el tiempo que estuvo en la parcela, estos solamente podrían corresponderse con los cadáveres de los dos niños desaparecidos". "Pensar --añade Rodríguez Lainz-- en que alguien llegara a conocer que José había prendido una hoguera y que lo siguiera hasta el Parque Cruz Conde para en su único descuido secuestrarlos, matarlos, llevar los cadáveres hasta la parcela y luego quemarlos en la hoguera prendida por José para echarle la culpa de su muerte, y ello de forma tal que casi llega a hacerlos desaparecer al convertirlos casi en su totalidad en ceniza, no alcanza ni al nivel de simple fantasía".

A pesar de todo esto, Bretón sigue firme en su versión. El próximo miércoles, cuando acuda de nuevo ante el juez, y según ha adelantado su abogado tras entrevistarse con él, "no va a cambiar ni una sola coma de sus declaraciones". Es decir, perdió a los niños en el parque, como denunció. "Me ha manifestado --dijo Sánchez de Puerta este viernes a la salida del centro penitenciario-- que no van a salir de su boca confesiones de hechos que él no ha cometido jamás, y que por lo tanto se atiene a las declaraciones que ha prestado con anterioridad". Y eso aunque el letrado aseguró que "le estoy haciendo ver las contradicciones que pueden existir". Pero Bretón sigue inamovible. Ni el vuelco de la investigación ni el contundente auto del juez hacen cambiar su versión once meses después de aquel trágico 8 de octubre.