La inminente terminación de la década de obras que han transformado el entorno del Puente Romano y La Ribera tendrá su continuación con la integración de los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos en la orilla del río, eliminando el actual muro y la avenida del Alcázar y construyéndose terrazas miradores hasta los Sotos de la Albolafia, según contempla el ambicioso Plan Alcázar--Caballerizas. Eso sí, el proyecto está pensado para su desarrollo a largo plazo con intervenciones puntuales y conforme se encuentre financiación, algo que de inmediato, con la crisis, no parece posible.

Capítulo aparte están las polémicas que han ido surgiendo a lo largo de la ejecución de las siete intervenciones independientes realizadas por la Junta, todo ello desde aquel año 2002 en el que el reconocido arquitecto cordobés Juan Cuenca ganó el concurso de ideas para recuperar el entorno. En principio, la intervención en el entorno de La Calahorra y la restauración de la propia torre y de la Puerta del Puente no obtuvieron más que elogios. La polémica, sin embargo, se disparó con las dos actuaciones principales: las de consolidación y restauración del propio Puente Romano. El tratamiento de la calzada del Puente, con losas de granito rosa, aún es objeto de debate. La obra del entorno de la Puerta del Puente, aunque contó con la bendición de la Unesco también ha creado polémica, en este caso por parte de las asociaciones de vecinos, muy reacias tras la restauración del Puente Romano y que han reclamado para La Ribera más arboleda y espacios de estancia.