Falta la guinda a la profunda transformación que ha vivido La Ribera en una década para cerrar las siete intervenciones del entorno del Puente Romano que ha ejecutado la Junta y que han supuesto una inversión cercana a los 35 millones de euros. Concretamente, solo resta abrir el último tramo en obras en la calzada (entre Santa Teresa Jornet y la Puerta del Puente) que el Ayuntamiento espera poner en servicio el 1 de septiembre, y la apertura del Centro de Recepción de Visitantes, un edificio que, según dijo ayer el teniente de alcalde y delegado municipal de Turismo, Rafael Navas, ya tiene previsto el mobiliario y el personal que lo atenderá (correspondiente al Consorcio de Turismo de Córdoba) y que, cuando termine la Junta con las últimas operaciones, podrá ser inaugurado y estar operativo "este trimestre que viene", informó el concejal.

Respecto al tramo de La Ribera que aún está en obras, es el último fleco de una obra que al final casi ha supuesto una pequeña odisea (de hecho los trabajos estuvieron parados un tiempo), una intervención iniciada en en otoño del 2008, con un plazo de ejecución de 20 meses y un presupuesto de 5,9 millones de euros, pero que al final ha tardado 48 meses en acabar y con un sobrecoste de 1,2 millones de euros, todo ello debido a la aparición de restos arqueológicos (algunos se han integrado), complicarse la colocación de un colector y surgir otros problemas técnicos más.

La apertura del tramo aún en obras permitirá concluir la reforma de líneas de la red de Aucorsa recién implantada, ya que está previsto que La Ribera, una vez completa, se abra exclusivamente al transporte público, concretamente a taxis y a autobuses de tres líneas de la red de Aucorsa. Los vehículos privados tendrán vetado el paso y se controlará su acceso mediante una cámara.

Por otra parte, la apertura del Centro de Recepción de Visitantes también pondrá fin a una obra iniciada en febrero del 2007 con un plazo de ejecución de 24 meses y 4,8 millones de euros que también acabaría complicándose. Afortunadamente, una de las causas del retraso, los restos arqueológicos, se han integrado dentro de los dos cuerpos del edificio. Ahora, tras 66 meses, se le está dando los últimos retoques y su presupuesto se ha elevado a 6,7 millones de euros.