La osadía (o inconsciencia) de los ladrones de material de cobre en Córdoba en los últimos años casi es para hacer un relato humorístico, si se pudiera olvidar el drama que supone este este tipo de robo para la seguridad de los ciudadanos, las arcas municipales, numerosas instalaciones urbanas y rurales y, sobre todo, para muchas explotaciones agrícolas. De hecho, distintas firmas dedicadas al campo han cerrado porque, junto a la crisis, los robos le han terminado de darles la puntilla .

En todo caso, y para no olvidarnos de la magnitud que en los últimos años ha tomado el fenómeno del robo de cables, hay que recordar algunos de los episodios más llamativos, que vienen a desmontar tópicos ya que el ladrón de cables no se circunscribe a un grupo étnico, a nacionales o inmigrante, al ámbito rural o urbano ni siquiera a la edad.

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Por ejemplo, la Guardia Civil detuvo a principios del año pasado a cuatro menores en Palma del Río por sustraer material de cobre valorado en 3.500 euros, mientras que dos meses después fue un hombre de 63 años, en posadas, el detenido por el robo de 60 metros de cable de la línea del AVE.

Respecto éste último caso, también podría hacerse un ránking de los robos que más kilómetros de redes públicas de alumbrado han dañado. Generalmente, se trata de rondas, autovías y puentes, poco vigilados y en donde se usa el típico método de enganchar el cable a un vehículo y sacarlo del tirón y a cientos de metros. Así ocurrió a finales de los años noventa en el tramo norte de la Ronda de Poniente y, más recientemente, en el Puente de Andalucía (el ladrón tuvo una dura condena), la Ronda Este y, sobre todo, en el puente de Ibn Firnas, al que tras su inauguración, en enero del 2011, y en solo cuatro días le quitaron 17 Km de cable, que de nuevo volvieron a sustraer recientemente, todo ello sin hablar de aquel robo que dejó a oscuras kilómetros de la ronda de Lucena.

Sin embargo, también hay una larga lista de instalaciones privadas saqueadas el último año, desde colegios a instalaciones de Endesa (por ejemplo, en Fátima) o del tren, tanto convencional como de alta velocidad a pesar de los dispositivos de seguridad del AVE. Y eso, por no hablar de servicios y equipamientos claves para la sociedad, mucho más importantes que el robo que dejó a oscuras en el 2009 al estadio El Arcángel, sino otros tan graves como el que afectó a las comunicaciones del servicio 112 en Córdoba.

En cuestión de records de detenidos, este año están los 7 que apresó la Policía Nacional en abril por robos en el Parque Logístico y Las Quemadas, operación que también tiene el récord en lo que va de año en kilos de metal aprehendido: 1.327. Eso sí, la más importante actuación en los últimos dos años fue una de la Guardia Civil en siete provincias (Córdoba entre ellas), que terminó con medio centenar de detenciones.

Respecto a calzadas, quizá el récord lo tenga la calle Loja, de la que el año pasado arrancaron el cableado de una zona tres veces en menos de diez meses. Sin embargo, ninguna calle se salva. Por ejemplo, en pleno Centro, en el Vial Norte, hubo dos detenidos en septiembre por llevarse una placas de cobre de una instalación municipal.

Lo dicho: lo del robo de cables no es un delito en absoluto corriente.