La gran damnificada del tijeretazo al Presupuesto andaluz vuelve a ser la inversión pública. Si ya de por sí era raquítica, ahora es famélica. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, anunció ayer tras el Consejo de Gobierno que la inversión soportará una "reprogramación" --o sea, recortes-- de otros 571 millones. Dejó claro que no se iniciará ninguna obra pública nueva salvo en casos excepcionales. La Junta vuelve a sacrificar las infraestructuras para poder mantener los servicios sociales, seña de identidad del Gobierno de izquierdas de PSOE e IU.

Este anuncio es una pésima noticia para el sector de la construcción, duramente azotado por la crisis, que en un momento de gran restricción del crédito encuentra en las administraciones a su único cliente. Los promotores alertan de que la reprogramación, unida a los impagos de la Junta a sus proveedores, traerá más paro a una comunidad con el 31% de desempleo. Los recortes afectarán con toda probabilidad a las grandes infraestructuras de Andalucía, autovías, red de metros, alta velocidad y tranvías.

MENOS CARRETERAS El Ejecutivo andaluz sostiene que es preferible que en Andalucía se terminen menos carreteras a tener que tocar los servicios básicos o acudir a privatizaciones. Desde que comenzó la crisis, la inversión pública ha sido la mayor perjudicada desde el punto de vista presupuestario. En las cuentas del 2012, la inversión caía un 10%, hasta los 4.854 millones. A esta cantidad hay que restar ahora los 571 millones anunciados ayer. Pero para entender de verdad el desplome hay que remontarse unos años atrás. En los Presupuestos del 2009, el Gobierno andaluz invirtió 8.260 millones. Incrementó su apuesta para impulsar un sector del ladrillo que empezaba a hablar de debacle. Fue la última vez que se mantuvo el esfuerzo inversor con el objetivo de dinamizar la economía. Desde ese año, la partida de inversiones ha descendido un 41%, sin contar con estos nuevos recortes.

EVOLUCION La crisis se cebó con las administraciones y la Junta recortó en el 2010 la inversión un 6,8%. Para amortiguar la caída, recurrió por primera vez a la fórmula de la colaboración público privada, una alternativa que no ha tenido casi ningún éxito por el cierre del crédito bancario. En el 2011 el hundimiento fue peor. La inversión se situó en 5.368 millones, con una caída del 24% respecto al ejercicio anterior. En las cuentas de este año, la Consejería de Obras Públicas, con un 25,3% menos de presupuesto, volvía a ser la más afectada.

Con este panorama deberá lidiar la nueva consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, cuota de Izquierda Unida, que contará con un estrechísimo margen de maniobra para actuar. De momento, el Plan de Infraestructuras (Pista) 2007-2013 se ha aplazado una década porque es papel mojado.

También sufrirán un parón los estudios para introducir la red de metro en las capitales andaluzas y los proyectos ferroviarios para la Costa del Sol, así como numerosos tramos de autovías de la red interior que enlazan poblaciones con dinamismo económico. Se revisarán los proyectos para construir edificios públicos.