La huelga general contra la reforma laboral aprobada por el Gobierno en febrero tuvo ayer un seguimiento desigual en Córdoba, si bien fue calificada de "éxito" por los sindicatos, que consideran que el Gobierno debe atender a la mayoría y "rectificar".

La jornada se desarrolló con incidentes contados y menores --aunque con 14 detenidos, que, según CCOO, fueron luego puestos en libertad sin cargos--, muy alejados de los de las grandes ciudades. Los sindicatos convocantes, UGT y CCOO, cifraron el seguimiento medio en un 85% excluyendo a la Administración pública, y en un 78,9% si se incluye a la Administración. Salvo en el Ayuntamiento de Córdoba, donde el 49% de los funcionarios secundó el paro, la incidencia en las otras administraciones, sanidad y enseñanza fue muy baja.

El porcentaje de seguimiento indicado por los sindicatos fue rechazado por la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), que lo tildó de "muy exagerado", si bien no precisó ninguna cifra. Igual ocurrió con la Delegación del Gobierno en Andalucía: la delegada, Carmen Crespo señalaba para Córdoba a media mañana un seguimiento "medio" de la huelga y por la tarde lo calificaba de "bajo".

¿COMO UN DOMINGO? En los polígonos industriales es difícil cifrar la incidencia, ya que muchas empresas cerraron, aunque algunas trabajaron a puerta cerrada, y, en el lado contrario, muchas empresas que abrieron tenían a parte de la plantilla ausente. Muchas personas coincidían ayer en que el ambiente de las zonas industriales era similar al de un sábado o un domingo por la mañana, y esa sensación dominguera se extendía a las calles de la ciudad. Según avanzaba el día y se marchaban los piquetes informativos, los pequeños comercios y bares abrían sus puertas, y por la tarde el ambiente en la ciudad era de normalidad, si bien con poca afluencia de público a comercios y hostelería. Igual que en las últimas huelgas generales, el conflicto se desarrolla en la madrugada y en la mañana, y después de comer se relaja el ambiente.

Pero si el seguimiento de la convocatoria es difícil de precisar, y probablemente más bajo de lo que indican los sindicatos (hubo un continuo cruce de acusaciones: unas contra los piquetes "coercitivos" que obligaban a cerrar negocios y otras contra los empresarios que amenazaban a sus plantillas con el despido con la frase "si te vas de huelga, no vuelvas mañana"), lo que sí resultó palpable fue la respuesta de los cordobeses a la manifestación que partió de las inmediaciones de la Cruz Roja al mediodía.

GUERRA DE CIFRAS La marcha reunió a muchos miles de cordobeses y, una vez más, se produjo la guerra de cifras. La Policía Local no dio información, pero sí la Subdelegación del Gobierno, que cifró la asistencia en 10.000 personas, mientras los sindicatos estimaron la concurrencia en 40.000 manifestantes. Probablemente en el centro esté la virtud, pues lo cierto es que ha sido una marcha masiva, de las más importantes que se recuerdan en Córdoba y con más asistentes que en las dos últimas manifestaciones contra la reforma laboral. De hecho, cuando la cabecera ya estaba en la plaza de las Tres Culturas, la cola todavía entraba por Ronda de los Tejares camino de la avenida de América. Una peculiaridad de la convocatoria fue que, además de CCOO y UGT, se sumaron a la marcha otros sindicatos, como CGT, CNT y Ustea, que en otras ocasiones se han manifestado por su cuenta. Hubo, además, partidos políticos y organizaciones sociales.