Muchos ciudadanos se encontraban ayer en la encrucijada de hacer o no huelga, porque, como decía el joven responsable del puesto de caracoles de la esquina de las avenidas Ronda de Marrubial y Agrupación Córdoba a través de un cartel, "Yo estoy de acuerdo con la huelga, pero soy un trabajador autónomo y pago muchos impuestos, por lo que no puedo permitirme cerrar un día mi negocio". El miedo al despido también fue otro motivo por el que algunos acudieron ayer a sus puestos de trabajo. "Acaban de contratarme y, aunque no me han amenazado ni me han dicho nada, temo que si no voy a trabajar haya consecuencias", decía una joven peluquera que ha vuelto al mercado laboral tras un año en paro. También estaban los que pensaban que "no se han agotado las vías de negociación y las cosas no están para huelgas" o la señora que propone una jornada de paro "para que todos los mangantes devuelvan el dinero público que han robado a los españoles y los metan a todos en la cárcel. Por eso sí hago yo una huelga".