En estas elecciones autonómicas no hay, como ya es sabido, un cuerpo a cuerpo que permita a los electores medir el fondo y la capacidad de encaje de los que encabezan los carteles electorales, pero sí es cierto que el candidato del PSOE, José Antonio Griñán, y el del PP, Javier Arenas, viven y vivirán esta quincena en una permanente réplica y contrarréplica, separados en el espacio y en las ideologías, y unidos por esa nada sutil marea de la campaña en la que están obligados a vigilarse de manera permanente. Griñán insiste en que el Gobierno de Mariano Rajoy ya tiene preparada una subida de impuestos, como el IVA o la electricidad, para después de las elecciones autonómicas, mientras que Arenas sortea los recortes y plantea un "Pacto de Toledo a la andaluza", que negociará, si llega a San Telmo, convocando a expertos, sindicatos, empresarios y partidos políticos para firmar un pacto sociolaboral con el que se garantice la viabilidad del sistema, al tiempo que se ha mostrado en contra del copago sanitario.

SEGUNDO NIVEL En el segundo escalón las cosas son distintas. Al menos en la provincia de Córdoba, porque quizá Sevilla y Cádiz sean más sensibles a la agresividad electoral. Aquí la campaña se está desarrollando, de momento, de forma tranquila, con media docena de actos electorales diarios en los que abundan, como no podía ser de otra manera, las reuniones con sectores y colectivos, las visitas a los mercados, los encuentros con jóvenes y con mujeres y los llamados recorridos o paseos electorales. La visita al mercadillo el domingo, claro, y, como novedad de esta campaña, la participación --o no-- en las protestas contra la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy.

Los candidatos del PSOE, con Araceli Carrillo a la cabeza, y los del PP, con José Antonio Nieto duplicando su faceta de alcalde y de aspirante al Parlamento de Andalucía, han seguido hasta ayer cada cual su propio camino, sin mezclarse, y solo Araceli Carrillo sacó a la calle los incumplimientos de Nieto como regidor local, mientras la estrategia de campaña del PP cordobés no parece pasar todavía por entrar de forma directa a una confrontación provincial. Los mensajes son genéricos, algunos dedicados a barrios o colectivos concretos, y otros muchos pensados para sacudir los conceptos ideológicos: reforma laboral, recortes y corrupción, que son los santos sacramentos en el debate del 25M andaluz.

Desde Izquierda Unida, Alba Doblas se muestra activa, con actos en la capital y la provincia, aunque por ahora no ha pasado la prueba de fuego de ninguna convocatoria dirigida a un público amplio que permita medir si IU ha recompuesto su maltratada situación interna y sus bases están dispuestas a arropar a la candidata. Mañana lo sabremos, pues llega a Córdoba el presidenciable de IU, Diego Valderas.

Y, desde el PA, Antonio Manuel Rodríguez no para, con puestas en escena imaginativas, una visión creativa de la campaña y un uso continuo de las redes sociales para intentar compensar esa "falta de altavoz" que denunciaba la candidata andalucista a la presidencia de la Junta, Pilar González. UPyD trabaja en un tono tranquilo, con dos o tres actos diarios y escaso eco --aunque la organización de Rosa Díez está convencida de que conseguirá al menos un par de diputados autonómicos en Andalucía-- y la organización Equo se mueve, entre otros, en ámbitos culturales, ecologistas y sociales con una Marisa Vadillo dispuesta también a hacer una campaña creativa y diferente.

DEBATE A TRES Y si en Andalucía no fue posible el pasado lunes un debate a tres entre los candidatos al sillón de la Junta, José Antonio Griñán, Javier Arenas y Diego Valderas, por incomparecencia del segundo, en Córdoba sí parece que se sentarán hoy en la misma mesa los cabezas de cartel del PSOE, PP e IU en la provincia, Araceli Carrillo, José Antonio Nieto y Alba Doblas. La Cadena Ser ha conseguido reunirlos y, si las contingencias no lo impiden, tomarán el micrófono para formular sus propuestas, tirarse a la cara incumplimientos, y, además, será una ocasión magnífica para que el alcalde y candidato del PP adelante algo más sobre el futuro centro de convenciones y exposiciones que se propone hacer, reformando el pabellón de Cajasur en el Parque Joyero, tras rechazar el proyecto de Rem Koolhaas.