Lo perfecto es enemigo de lo bueno y para arreglar tres problemas desperdigados por la ciudad (la parálisis del centro de congresos y del Recinto Ferial y el poco tirón del pabellón Cajasur) se ha decidido unirlos y solucionar los tres de una tacada. Claro que también es posible que se multiplique por tres no la solución, sino los problemas. Crucemos los dedos. Porque tras una década y con tantísimas cuestiones que resolver aún del proyecto es difícil tener fe.