Miradas perdidas en la desesperación y encontradas por el deseo de recuperar a los pequeños Ruth y José. La plaza de las Monjas de Huelva era el lugar de encuentro. Las mentes de los onubenses estaban más lejos. En Córdoba, donde desaparecieron los niños, y donde su padre, José Bretón, la última persona que estuvo con ellos, declaraba de nuevo ante el juez sobre lo ocurrido aquella tarde. Una comparecencia en la que la madre de los pequeños, Ruth Ortiz, no tenía puesta ninguna esperanza incluso antes de conocer cuál sería su contenido.

Con esa tristeza que ha marcado su rostro desde que sus niños desaparecieron, pero con más fuerza que nunca por conocer la verdad y dar con su paradero, Ruth acudió a la plaza de las Monjas para pedir la vuelta de sus pequeños. Y no estuvo sola. Un centenar de onubenses la arropó durante la más de media hora que duró la concentración, logrando sacarle incluso una sonrisa en un momento tan difícil como el de ayer. Fue precisamente una niña, de la misma edad de la pequeña Ruth, la que consiguió sacarla de sus pensamientos cuando se acercó a ella para preguntarle si era la madre de Ruth y dónde estaba su hija. Ella la atrajo a sus brazos y la besó en la mejilla, emocionada.

Huelva se detuvo en el tiempo durante los cerca de 30 minutos que duró la concentración y, tras un largo silencio por los niños, rompió en aplausos para la familia por esa entereza que tanto ha demostrado durante los últimos cuatro meses. Ruth solo pronunció unas palabras, dirigidas a quien en esos momentos estaba ante el juez hablando sobre sus hijos: "No sabemos ya qué va a decir. Que conteste a las preguntas". Y, entre lágrimas, se marchó, a la espera tan solo de que su expareja dijera la verdad.

Precisamente a él lo señalaban ya todas las pancartas, apelando a los pequeños en un último intento de que se derrumbara y revelara qué ocurrió la tarde del 8 de octubre, especialmente después de conocerse todas las contradicciones en torno a la versión del parque que ha mantenido durante todo este tiempo. "Bretón, escucha a tus hijos. Tú sabes dónde estamos. Queremos volver a casa. Habla ya", rezaban los carteles.