No. No me hizo ninguna gracia ir acercándome a la Mezquita desde el Puente Romano y ver salir humo desde el crucero de la Catedral. Lo que se dice ni pizca de gracia. Y es que ni los periodistas estábamos advertidos del siniestro simulado. En todo caso, nunca como ayer me di tanta cuenta de que la Mezquita no es solo patrimonio de la Iglesia o de la Humanidad. Es algo también mía. Y segurísimo que también es algo personal suyo si viera salir humo del edificio.