--¿Cómo valora que se haya alcanzado en el año 2011 el máximo de visitas a la Mezquita-Catedral y qué medidas se están adoptando para continuar con su promoción exterior?

--Se ha producido en un periodo de profunda crisis, aunque hay que relacionarlo también con la caída de los mercados del norte de Africa y la promoción con el proyecto de capital cultural europea. La difusión va en dos niveles. Por un lado, hacia el interior, manteniendo el edificio de manera digna. Además, de cara al exterior, por internet estamos difundiendo tanto el aspecto artístico como religioso. La Catedral está abierta a las sugerencias que reviertan en beneficio de la ciudad.

--¿Qué están aportando las visitas nocturnas?

--Ha permitido conocer la Catedral, antigua Mezquita, aportando una atracción mayor para que aquellos que no la conocían vinieran a descubrirla. Lo que estamos detectando es que los que vienen no se quieren ir sin ver de noche la Catedral. El Alma de Córdoba ha permitido conocer el edificio en una nueva dimensión. A los cordobeses le ha servido para redescubrir la Catedral. En definitiva, la visita nocturna ha servido para incentivar, para potenciar y quererla más.

--¿Continúan superándose las expectativas iniciales?

--Siguen en la tónica que han venido teniendo desde que se puso en marcha el proyecto. Ahora hay más serenidad y no se agotan las entradas a tres meses, sino que está sucediendo a dos. Tras unos meses de experiencia, el año pasado se tuvo que incrementar el número de personas por pase, que mantenemos en 100.

--¿Existe alguna novedad para este año?

--Novedad es que se mantiene el precio en la visita diurna. Llevamos muchos años con el mismo. Asimismo, en la visita diurna estamos estudiando la posibilidad de colocar radioguías para reducir el sonido interior cuando haya un grupo, como sucede en otros grandes monumentos. Este proyecto lo estamos abordando y esperamos ponerlo en marcha a partir de marzo o abril.