Promulgada en el 2003, la Ley Concursal se ha modificado en el 2009 y en octubre del 2011. Las últimas reformas inciden en el abaratamiento del procedimiento --con mayor agilización y simplificación--, el ofrecimiento de alternativas al concurso mediante los institutos preconcursales y cambios en la figura y funciones del administrador concursal. Otra novedad es que el juez puede nombrar administrador concursal a una persona jurídica en la que se integre, al menos, un abogado y un economista. Además, se regula el llamado 'dinero fresco' que los acreedores inyectan a las empresas en dificultades. El 50% de esa cantidad se considera crédito contra la masa (prioridad de cobro), lo que supone una garantía para las entidades financieras que conceden nuevos créditos para reflotar la empresa.