Hoy domingo todos los españoles y ciudadanos de la Unión Europea habrán dormido una hora menos, puesto que esta madrugada se ha hecho efectiva, como viene ocurriendo desde el año 1974, la directiva que rige el denominado "horario de verano" por medio del cual se pretende un ahorro en el consumo de energía, al aprovechar mejor las horas de luz solar.

Según las estimaciones realizadas por la Agencia Andaluza de la Energía, esta medida supondrá en la provincia de Córdoba un ahorro aproximado de 1,5 millones de euros. La citada agencia, dependiente de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, indica que el ahorro doméstico en iluminación durante el citado horario de verano se estima en un 5%, lo que equivale al consumo anual de 30.000 personas en toda Andalucía, lo que traducido a términos económicos ronda los 17 millones de euros en todo el parque residencial andaluz.

Estas estimaciones coinciden con las del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), entidad que depende del Ministerio de Industria, que ha estimado que el ahorro que se produce en España con esta medida es de unos 300 millones de euros, de los que 90 corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone a 6 euros por familia, mientras que los otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.

Aunque esta iniciativa se puso en marcha en el año 1974, una directiva de la Unión Europea del año 2001 obliga a llevarla a efecto en todos los países miembros, y está avalada por las conclusiones de un estudio sobre su alcance y efectos que, tras analizar exhaustivamente las repercusiones de la medida concluye que "tiene impactos positivos no solo sobre el ahorro sino sobre otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo y el ocio".

El IDAE, no obstante, indica que para que esta medida consiga realmente los objetivos pretendidos es necesario llevar a cabo "un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del terciario y en industrias". Estas tecnologías consisten en fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona, a través de ventanas o lucernarios.