La impresión que se llevaron los primeros viandantes que recorrieron la zona recién pavimentada de la Ribera fue buena, aunque plantearon algunas quejas. Pablo Rodríguez, que contemplaba los trabajos desde el recinto del Triunfo de San Rafael, piensa que "en verano se darán tortazos por una sombra". La sensación que tiene es que "hay mucho pavimento y poca zona verde". En cuanto al centro de visitantes, cree que no desentona. En resumen su nota para la actuación es un "notable".

Este vecino de Ciudad Jardín sí es partidario de que se conserven las viejas farolas, se pongan árboles de gran porte, se mantenga el jardín que había junto a la placa de Góngora y se disimulen de otra manera los aires acondicionados del centro de visitantes, como también ha demandado ya a Obras Públicas y Cultura a través de un escrito la asociación de vecinos Jardines de la Victoria. La Federación de Asociaciones de Vecinos Al-Zahara también se ha dirigido a Obras Públicas en los mismos términos y está a la espera de una reunión para abordar estos temas. La federación dirigió su petición a la delegación provincial el 14 de marzo y aún no ha obtenido respuesta. Hay más colectivos vecinales que se están planteando realizar las mismas demandas.

Antonio Córdoba e Inma Caracuel bajaban ayer de la zona de la Mezquita y se dirigían hacia el Puente Romano pisando por primera vez el adoquín de granito rosa. "La cuesta ha quedado algo incómoda", decían, aunque "el entorno ha ganado, y el edificio de recepción no queda mal, cuadra con el entorno". Respecto a las demandas vecinales, recuerdan que "aún no han terminado las obras, por lo que es precipitado pronunciarse hasta que no acaben". Lo que sí tienen claro es que la zona tendrá más vida, como el Puente Romano, del que siguen censurando su suelo de granito rosa.

Miguel Angel Osuna, que paseaba por el puente, lamentó que este tipo de obras vayan "demasiado lentas". A su juicio, "podrían haber hecho mejor la estructura" del centro de visitantes, que "tapa a la Mezquita". También piensa que delante de la placa de Góngora "debería ir el jardín y no se ve", por lo que está convencido de que "están cambiando el proyecto original".

En cambio, a Antonio Zamorano y Manoli Cebrián les parece que está quedando todo "muy bien".