Más que contenta, estoy contentísima". Así de entusiasmada y tajante se mostraba ayer la presidenta de la asociación de comerciantes de la Judería, Pilar Jornet, ante el anuncio del gobierno local de la próxima instalación de cámaras de videovigilancia en el entorno de la Mezquita y en parte de la Judería, un sistema para grabar imágenes y que inicialmente está previsto para el control del tráfico en la zona (ya restringido mediante una pilona automática en Amador de los Ríos), pero que puede ser usado también para intervenir con rapidez en caso de presenciarse un delito o como material legal si un juez reclama las grabaciones.

Tanto los vecinos consultados como algunos turistas y los comerciantes de la zona mostraron ayer su acuerdo con la medida anunciada por el concejal delegado de Seguridad y Movilidad, José Joaquín Cuadra, y que se conoció a través de la edición de ayer de Diario CORDOBA. Eso sí, distintas voces reconocieron que como contrapartida se pierde intimidad.

La más contundente en manifestar su apoyo a la videovigilancia fue la presidenta de la asociación de comerciantes de la zona, que consideró la medida como un gran paso para la seguridad vial y, en general, la tranquilidad del turismo y del entorno, así como para la imagen de la ciudad ante el exterior, ya que "no basta con lo que hay, esta zona debe de venderse más, incluso entre los propios cordobeses", consideraba ayer Pilar Jornet.

Entre los apoyos que recibe la videovigilancia no solo se encuentran vecinos, comerciantes y turistas, sino también personas como María Navarro, una vendedora de romero y echadora de buenaventura que frecuenta la zona y que ayer consideraba que la medida "está muy bien, porque se va a saber quién hace cosas malas y que no paguen justos por pecadores. Se va a saber lo que hacemos las gitanas del romero , a ver si no nos discriminan más".

ANTECEDENTES La vigilancia mediante cámaras de espacios públicos en Córdoba tienen como polémico precedente el de la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Las primeras cámaras instaladas, oficialmente para controlar el sistema de alumbrado, despertaron quejas y más de una suspicacia por atentar contra la privacidad. Sin embargo, el sistema también contribuyó a la rápida intervención de la Policía en el momento en el que las cámaras detectaban un tumulto inusual o incidentes como altercados entre grupos de personas o incendios. En la última edición hubo 36 cámaras instaladas.