Pese a que las últimas estadísticas reflejan un descenso de los robos en el campo cordobés, los agricultores de la provincia han comenzado ya a organizarse a través de las patronales agrarias ante lo que consideran un problema que no termina de resolverse y que provoca pérdidas importantes cada año. Tanto Asaja como COAG prevén adoptar actuaciones concretas para intentar evitar los hurtos y robos que se siguen produciendo. Ya no es solo aceituna, ajos, hortalizas u otros cultivos los que son sustraídos por los delincuentes, sino que, como reconoce la Guardia Civil, se está detectando en esta campaña una nueva tipología delictiva que consiste en el robo de inversores y transformadores eléctricos, así como otros equipamientos como acumuladores o cableado.

Ante esta situación, Asaja Córdoba ya ha elaborado un proyecto de seguridad privada que prevé la contratación de vigilantes jurados en las zonas donde se están produciendo más casos. Para ello, ha abierto el plazo de inscripción entre los asociados que estén interesados en esta iniciativa. "Estamos trabajando con empresas y para después del verano pondremos vigilancia privada ante la falta de resultados de la Subdelegación del Gobierno", afirma el secretario general de Asaja, Rafael Navas, que asegura que pedirá a las administraciones que se cubran parte de los gastos y haya reducciones de impuestos al estimar que no se está garantizando la seguridad en el campo. En principio, Asaja contempla iniciar este proyecto en las fincas situadas en la margen izquierda del Guadalquivir, en municipios como Córdoba, Almodóvar, Guadalcázar o La Carlota. Asaja también pide cambios en la legislación y que se endurezcan las penas ante la reiteración de los casos. A pesar de esto, Navas resalta la labor que está haciendo la Guardia Civil y la Polícia Nacional, "que es intachable", aunque considera que faltan recursos y personal para evitar los robos de aperos y maquinarias como grada de discos, motores, cableado, transformadores y otros utensilios de las explotaciones.

El secretario provincial de COAG, Francisco Garrido, también denuncia la falta de medidas para frenar los robos en las zonas rurales, por lo que asociados de esta organización de Puente Genil, Santaella o Fernán Núñez ya están pensando en la creación de cuadrillas nocturnas o llegar a acuerdos con los guardas de los cotos para que estos puedan llevar a cabo labores de vigilancia en las explotaciones cordobesas.

Uno de los municipios en los que se están tomando medidas de prevención desde hace ya dos años es Lucena. Así, tanto la cooperativa Olivarera como la de Nuestra Señora de Araceli vienen colaborando, junto al Ayuntamiento, en la contratación del servicio de vigilancia por parte de los guardas de los cotos de caza. El presidente de la Olivarera, Francisco Mora, defiende la cooperación con los guardas de cotos y considera que es más útil que la contratación de vigilantes jurados que no suelen conocer las fincas. "La presencia de la guardería se está notando en la disminución de los robos", indica Mora.