Lodo y desesperación. Los 200 litros de agua por metro cuadrado caídos en tromba en apenas unas horas la noche del pasado lunes acabaron con un trágico saldo de dos personas fallecidas en Aguilar de la Frontera, después de que el vehículo donde viajaban fuera arrastrado por la corriente, y otro hombre muerto en Bujalance tras caérsele una pared. Además de las tres víctimas mortales, la tormenta provocó varios heridos, dos de ellos de consideración que tuvieron que ser trasladados al hospital de Montilla. Resultan aún imposibles de calcular los daños ocasionados en los cientos de viviendas, negocios, naves industriales e infraestructuras viarias de las localidades afectadas: Aguilar y Bujalance, y en menor medida, Montilla y Puente Genil. Los servicios de emergencia se acercaron al colapso al registrar más de 200 incidencias entre las diez y las siete de la mañana. Al cierre de esta edición continuaban aún cortadas cinco carreteras provinciales, después de que efectivos de Bomberos, Guardia Civil, Policía y Protección Civil participaran durante todo el día en las labores de limpieza de otras tantas infraestructuras de la provincia. Solo en Bujalance se estima que casi el 80% de las viviendas han sufrido algún tipo de desperfecto.

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, que suspendió ayer sus vacaciones para visitar la zona, anunció que los afectados recibirán las ayudas establecidas en el Real Decreto que el Gobierno aprobó después de las terribles inundaciones sufridas el pasado invierno también en Córdoba. Los ayuntamientos de Aguilar y Bujalance han puesto a disposición de sus vecinos teléfonos de contacto y personal técnico para ayudar a los perjudicados.

La jornada de ayer transcurrió sin apenas registrar nuevas precipitaciones, aunque estuvo activada la alerta naranja por lluvia hasta las nueve de la noche de ayer. Asimismo, se activó el Plan de emergencias por inundaciones. La Agencia Estatal de Metereología (Aemet) mantiene para hoy la alerta amarilla por riesgo de precipitaciones en la provincia de Córdoba.

LABORES DE LIMPIEZA Cientos de perjudicados y voluntarios se afanaron ayer por limpiar el lodo de las calles, achicar aguas de sótanos y cocheras y retirar decenas de vehículos desplazados por la fuerza que alcanzó el agua en algunas puntos del sur de la provincia. Para colaborar en estas labores, el presidente andaluz propuso ayer formar cuadrillas de trabajadores que se encarguen de reparar las zonas afectadas por las inundaciones. Así, el alcalde de Aguilar de la Frontera, Francisco Paniagua, decidió que en su municipio dichas cuadrillas las formarán jóvenes desempleados y que hayan sufrido pérdidas en las tormentas.

Quizá la zona más perjudicada por la tromba es el barrio de El Tejar en Aguilar de la Frontera, que amaneció como el plató de una película de catástrofes. Hasta nueve coches, todos siniestro total, se apilaban al final de la calle Gloria Fuertes; mientras que un concesionario se había convertido en una piscina y los desesperados trabajadores de una nave hortofrutícola calculaban las pérdidas en el negocio.

QUE NO SE REPITA Las autoridades se afanaron por lanzar un mensaje de tranquilidad, pero los ánimos aún estaban por la noche muy caldeados en algunas barriadas, donde recordaron la escasa idoneidad de construir una urbanización en una vaguada o cerca del cauce de un río. En el caso de Aguilar, por ejemplo, su orografía de pronunciados desniveles y unas obras que se están desarrollando en la travesía (con una enorme zanja abierta para colocar un colector) han podido agudizar las consecuencias de la espectacular tromba de agua, que ha dejado a su paso un paraje desolador. En esta línea, el presidente del Ejecutivo andaluz insistió en estudiar las causas del problema para que "no se repita más".