Se dijo hace diez años que quien quiera vivir en una parcela con saneamiento, agua, bus y demás servicios (que pagamos entre todos) debe rascarse el bolsillo, como hace cualquier ´currito´ de Fátima o Ciudad Jardín. Incluso, algunos piden que los de la periferia paguen más porque tienen un sistema urbano muy costoso. Vale. Pero también es cierto que, al menos, deberán tener unos servicios dignos. En fin... Una década después, poco se ha solucionado.