El alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, propone como "buena solución" para Cajasur que, una vez saneada por el Banco de España, se convierta en "la primera piedra", "la base de una banca pública en España para incentivar la economía y apoyar a pequeñas y medianas empresas y al ahorrador". Ocaña recordó que hasta los años ochenta había una red de banca pública --con Argentaria y Caja Postal-- que "copaba el 20% del mercado y desempeñaba una labor importante", pero fue desmantelada, quedando solo el Instituto de Crédito Oficial (ICO). De esa forma, Ocaña sugirió que se contemplen otras posibilidades para Cajasur que no sean solo su adquisición por otra entidad financiera. En este sentido, aseguró que el Ayuntamiento "va a seguir apoyando la solución pública de este embrollo y que los recursos que aporta Cajasur tengan como objetivo el conjunto de la sociedad" y que sirva "para el desarrollo de Andalucía".

De las alternativas que hay, el alcalde opina que la menos "acertada" y "deseada" es que Cajasur salga de la comunidad autónoma al ser adquirida por una entidad ajena a la misma, con lo que se habrá hecho "un mal negocio". Al mismo tiempo, considera "paradójico que al final Cajasur acabe en manos de Unicaja", cosa que podía haber ocurrido en "igualdad de derechos" si hubiera prosperado la fusión. En ese caso, habría que pedir "responsabilidades éticas".

El alcalde está convencido de que, más allá del aspecto laboral, en la decisión tomada el viernes por el consejo de administración, que fue "la peor", han pesado más "los enfrentamientos seculares que han existido desde sectores internos de la entidad con el ámbito político de la comunidad autónoma", por lo que piensa que ha estado movida por razones ideológicas.

PREMEDITADO El alcalde también está convencido de que la intervención del Banco de España estaba "pensada, cocinada y decidida con antelación" y la manifestación de Aspromonte fue "la prueba física en la calle de lo que se cocinaba". A su juicio, "la Iglesia acaba de tirar por la borda muchos años en defensa de sus derechos históricos y debe explicar por qué", ya que, "si lo ha hecho por los empleos, no se entiende, porque la intervención del Banco de España tampoco los garantiza". Por ello, asegura que se ha actuado más "con las vísceras que con la cabeza" y que ha "pesado más el hartazgo, el orgullo y la dignidad mal entendida".

Ocaña transmitió tranquilidad a los clientes de Cajasur en cuanto a los fondos, aunque advirtió de "la incertidumbre" existente en cuanto al mantenimiento de los empleos, ya que "no hay garantías de que, una vez saneada y puesta en el mercado, se mantenga la plantilla".

Respecto a Aspromonte, indicó que "no lleva razón ni en la estrategia ni en la valoración que hace" y lamentó que "se sienta obligado a apuntalar la decisión que han tomado otros".