Si existe un sector que había reclamado en múltiples ocasiones medidas de ajuste como las anunciadas ayer por el presidente del Gobierno este era el mundo empresarial. De ahí que, una vez conocidas, hubiera cierta explosión de júbilo en patronales y otros organismos y asociaciones empresariales. Una euforia solo matizada por las críticas a la tardanza del Ejecutivo en su decisión.

La CEOE se felicitó por la actuación del jefe del Ejecutivo, pero no perdió la ocasión de insistir en su reclamación histórica: cambios en el mercado de trabajo que hagan más ágil y flexible la entrada y salida. "Tiene que ser una reforma global y profunda", exigió el presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán.

Sobre la previsión de reducir en 6.045 millones la inversión pública entre el 2010 y el 2011, el presidente de la CEOE se preguntó de dónde saldrá tal recorte, pues "las obras ya están concursadas y muchas, en marcha".

La junta directiva de la patronal criticó en un comunicado que algunas de las medidas de reducción de gasto se produzcan en partidas que afectan a la productividad de las empresas, como los gastos de inversión, por lo que consideró que ese recorte "influirá negativamente en la actividad económica".