El presidente de Cajasur, Santiago Gómez Sierra, mostró ayer su deseo de que el proceso de fusión con Unicaja no produzca "despidos traumáticos", si bien reconoció que hay un exceso de plantilla y de oficinas (el informe de la consultora Boston Consulting Group contempló un excedente de casi mil empleos en la caja). El presidente de la entidad cordobesa también afirmó que no será necesario agotar los plazos legales disponibles en el proceso --seis meses a partir de la aprobación de la fusión por parte del consejo de administración, que se reunirá en unas semanas--, y que se enfrenta al último tramo de esta etapa "con interés e ilusión". "No hay voluntad --añadió-- por parte de las dos cajas de retrasarlo nada más que lo estrictamente necesario". Sobre su futuro, se limitó a reiterar que dependerá de lo que decida el patronato. Estas declaraciones las realizó ayer antes de presidir la asamblea general ordinaria, que cierra el año y será previsiblemente la última antes de la asamblea extraordinaria que sellará la fusión con Unicaja.

MESA LABORAL Cajasur debe llegar a la fusión con el escollo del empleo salvado y para ello se constituirá la mesa laboral el próximo día 23 en Málaga con representantes de los trabajadores y de las dos cajas. Además del presidente, en la asamblea general ordinaria de ayer intervinieron los representantes sindicales de Aspromonte y CCOO. José Ignacio Torres, presidente de Aspromonte, afirmó que la fusión obedece a criterios políticos y que es una "absorción impuesta por la Junta", al tiempo que pidió la complicidad de los 160 consejeros para mantener "todos y cada uno de los puestos de trabajo de Cajasur y su grupo de empresas". Por su parte, el representante de CCOO, Juan Balsera, pidió que no se instrumentalice a los trabajadores.

El INFORME DEL PRESIDENTE En la asamblea general ordinaria, Gómez Sierra negó con rotundidad que la actual gestión sea la causa de la situación financiera y la achacó al "escenario de crisis sistémica generalizada" y al fuerte y rápido deterioro del sector inmobiliario. Asimismo, reconoció que la entidad se vio obligada a realizar "crecientes dotaciones necesarias para cubrir los riesgos inmobiliarios asumidos en la época expansiva del ciclo económico", pero, en cualquier caso, reiteró que la "situación actual de Cajasur no es muy distinta de la que vive el resto del sector". En este sentido, Gómez Sierra afirmó que la caja podría haber acabado con beneficios el año si se hubieran hecho operaciones que han hecho otras entidades financieras, como la venta de la compañía de seguros. También indicó que las recomendaciones contrarias a una fusión con una caja que no fuera andaluza también han entorpecido la situación.

En último lugar, incidió en que parte de la situación de la entidad se debe a "la campaña de linchamiento" y a "la cacería mediática" a las que se ha sometido a Cajasur, con la publicación de "informaciones falsas y erróneas" en los medios de comunicación.

Otro de los aspectos destacados de la asamblea fue el diseño del plan de actuación para el 2010, para lo que la caja iniciará un proceso de adaptación de los costes de explotación al actual escenario económico y financiero.

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