Las "fundadas esperanzas" que había la noche del domingo en el entorno de la negociación entre Cajasur y Unicaja se cumplieron veinticuatro horas después. Ayer, pasadas ya las nueve y media de la noche, trascendía que los presidentes de ambas entidades, Santiago Gómez Sierra y Braulio Medel Cámara, respectivamente, habían alcanzado un principio de acuerdo que permitirá seguir adelante con la fusión y alejar el temor a la intervención de la caja cordobesa por el Banco de España. Ambas entidades comunicaron por teléfono su decisión a la autoridad financiera, y hoy se lo harán saber formalmente, aunque no se espera que los presidentes acudan durante la jornada de hoy a la sede de la madrileña plaza de Cibeles.

Lo que sí hay es sendas convocatorias de los consejos de administración, el de Unicaja por la mañana y el de Cajasur a las 21,30 de la noche --para cumplir las preceptivas 24 horas que exige la normativa en las citas extraordinarias-- a los que se someterá la aprobación del plan estratégico de negocio conjunto, documento previo a la fusión de ambas entidades, y sobre el que ha versado la tensa negociación de estos días.

REUNION EN MALAGA Apenas unas horas antes de que cumpliera (hoy) el ultimatum de la autoridad financiera, los dos presidentes y sus equipos --una vez terminado el consejo de administración del banco de las cajas andaluzas, el BEF-- se reunieron en la sede de Unicaja, en Málaga, durante algo más de dos horas. Tras alcanzarse el preacuerdo, Gómez y Medel continuaron, ya en solitario, con su entrevista, momento en el que las cajas hacían público el principio de acuerdo con un comunicado escueto: "Las cúpulas directivas de Unicaja y Cajasur han alcanzado en el día de hoy un principio de acuerdo sobre el Plan Estratégico de Negocio de la fusión, que someterán de forma inmediata a la aprobación de sus respectivos consejos de administración". El texto no ofrece ni un detalle sobre los términos del pacto.

Los detalles se conocerán hoy y en días sucesivos, pero de momento ha podido saberse que el documento que aprobarán las dos entidades irá acompañado de una declaración, también conjunta, en la que, aunque como ha insistido Unicaja se considera el citado plan de negocio como la base estratégica para desarrollar la fusión y garantizar su éxito, se alude al necesario acuerdo laboral que, por una parte, deberá permitir que el proyecto sea viable, y, por otra, tratará de conseguir el mayor consenso posible con los representantes de los trabajadores.

Al parecer, no se ha entrado en cifras, pero, como deseaba Cajasur, se hace alusión a la negociación laboral para afrontar un planteamiento de excedentes de plantilla que el último consejo de la caja rechazó por considerar "inadmisible" que se propusiera un ajuste de casi un tercio de la plantilla de Cajasur (988 de sus 3.097 trabajadores) y solo 236 empleados para Unicaja.

En el consejo de esta noche informará el presidente de Cajasur, Santiago Gómez, y se votará de nuevo el plan de negocio. Si sale adelante, se habrá dado un paso importante para la fusión, ya que empezará la redacción de los estatutos y la del proyecto de fusión, que, una vez aprobados por los consejos, darán paso a la negociación laboral y, con ésta ya cerrada, a la aprobación por las asambleas. Nacerá así, junto con la Caja de Jaén, Unicajasur, una entidad con activos de más de 53.000 millones de euros y que será la quinta caja española.

LA CITA DEL VIERNES Todavía queda trabajo por delante. Los términos del plan de de Boston Consulting no satisfacían a la entidad fundadora, que tampoco estaba de acuerdo con las cifras, en las que estimaba para Cajasur unas pérdidas de 528 millones de euros para 2009. El patronato de Cajasur, formado por los seis canónigos que representan a la entidad fundadora, se reunió el viernes pasado con el arzobispo de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba, Juan José Asenjo, para analizar la situación. Se dice que en la reunión se optó por hacer un ejercicio de responsabilidad y negociar al límite para evitar la intervención del Banco de España --en cuyo caso no habría ninguna garantía para el empleo-- y, al tiempo, mejorar en lo posible las condiciones del plan de negocio en su aspecto laboral.