En un individuo adulto se conocen hasta ahora unos veinte tipos de células madre, que son las encargadas de regenerar tejidos en continuo desgaste (como la piel o la sangre) o dañados (como el hígado). Las células madre de médula ósea (las que forman la sangre) son las más conocidas y empleadas en clínica desde hace tiempo. En la misma médula, aunque en sangre del cordón umbilical, en sangre periférica y en la grasa corporal se ha encontrado otro tipo de célula madre (mesenquimal). Se están realizando muchos ensayos para sustituir tejidos dañados (corazón) por derivados de estas células.