"¿Mil euros por el arreglo presupuestado y dos mil por los po´ ya ? ¿Eso cómo puede ser?", preguntaba un hombre al pasarle el fontanero la factura. "Es que, mientras hacía el trabajo, me dijo que po´ya que está aquí, écheme un vistazo al cuarto de baño; po´ya que vino, mire este grifo; po´ya revise el bajante"...

Este viejo chiste resume, mejor que ningún sesuso análisis, por qué se ha disparado el esfuerzo realizado por Córdoba para conseguir uno de sus sueños: que la ciudad deje de estar de espalda a su río e integrar el cauce en su entramado urbano y en la vida de los cordobeses. Y es que desde los 12.495 millones de pesetas, 20,3 millones de euros actuales que estimó en 1992 el Plan del Río, los po´ya han hecho que lo invertido supere los 110 millones de euros, sin contar con equipamientos señeros como el estadio, planes plurianuales e iniciativas privadas y mixta (actuaciones en Fray Albino y plaza de Andalucía, por ejemplo) y sin contar tampoco equipamientos pendientes o en curso como el Centro de Congresos, el de Arte Contemporáneo o los anunciados 25 millones del Plan de Interpretación del Guadalquivir, la cifra se acerca a los 300 millones de euros.

¿Cómo ha sido posible esta diferencia entre lo estimado en 1992, lo ya invertido y lo previsto para completar el Plan del Río? En primer lugar, debido a la propia inflación en dos décadas. En segundo término, los proyectos incorporados al Plan del Río casi se han duplicado y, en tercer término... los po´ya . Un ejemplo es el parque y puente de Miraflores, estimado en 1992 en 2.251 millones de pesetas (13,52 millones de euros). Solo el parque, al hacer cuentas en el 2004, costó 13,16 millones de euros, un 60% más del presupuesto de adjudicación, con un incremento inicial por imprevistos del 35% y luego dos liquidaciones adicionales de 955.000 y 987.000 euros sin IVA. Con el puente de Miraflores pasó otro tanto y costó al final 11,92 millones de euros.

Por supuesto, y eso es indiscutible, el entorno del río está quedando de dulce. "Si tengo que comprar un piso, ni lo dudo. Ni en Colón ni en el Vial Norte: Ahí, al lado de la plaza de Andalucía. Cuando construyan el Cordel de Ecija, me han dejado en el centro", decía ayer Antonio Sánchez en un bar del barrio del Guadalquivir. Un comentario impensable hace tan solo una década y un cambio de mentalidad respecto al río que, frente a la riada de millones, y como dice el anuncio, no tiene precio.