Para rizar el rizo a nadie se le ocurrió ayer hacer un hueco para que los miembros de la Unesco visitaran Medina Azahara. El calor era la excusa perfecta o que había que ver muchas cosas y no daba tiempo, pero el caso es que se perdió de nuevo la oportunidad de enseñar el bello objeto de la polémica de estos días. A cambio regalaron a los presentes con una actuación flamenca y luego con el paseo panorámico. Sólo les faltó la ciudad palatina.