El ex presidente de Vuelos de Córdoba --que se disolvió cuando llegó Flysur--, Rafael Jiménez, considera que uno de los escollos es la pista, por lo que, "aunque hay mucho interés por retomar los vuelos, no vendrán hasta que no sea más amplia". Otro tema pendiente es la contratación de controladores, de la que también dependen los vuelos. Aunque la nueva torre podría usarse cuando la pista sea más grande y la terminal esté construida, Jiménez señala que debe haber otra "más alta y con más aparatos", por lo que requerirá un proyecto y un concurso, cosa que ahora no ha hecho falta por su carácter urgente. Insiste en que si Córdoba quiere dejar su "aeropuerto de quinta", necesitará otra torre.