Está claro que las universidades están buscando con las encuestas y evaluaciones incrementar la calidad de la enseñanza y que ningún profesor o alumno se abrace a su silla de trabajo sin esforzarse. Y, como no podemos perder el norte, nos damos un paseo por las aulas y preguntamos con la grabadora guardada en la mochila. Pocos dan la cara para decir que esta universidad, como muchas otras, necesita mejorar y desprenderse de universitarios vagos, irresponsables o ineficaces. Por fin, se han creado barreras y las flores que reciben muchos dejan de compartirse.