Descartar mitos. No enterrarlos, unirlos, juntarlos, colocarlos en su sitio. Terminar con esa leyenda, odiosa, de que no sabíamos conquistar otro título grande como aquel de Marcelino del 64. Ya está, ya lo tenemos, ya está aquí. ¡Y bien ganado!

Esta magnífica y joven selección no solo ha logrado eso, también ha conseguido hacerlo con lujo. Es mentira que España y su fútbol no pudiese o no supiese. España y su fútbol persiguió, a lo largo de muchos años, una gesta así. Y la hizo con buenos jugadores, con futbolistas bienintencionados. Y lo hizo con más o menos suerte pero, de la misma manera que Thomas Edison tardó años en inventar la bombilla, el fútbol español ha tenido que esperar varias décadas. No olvidemos que esto es un deporte y que de la victoria a la derrota hay un hilo muy fino. En esta misma Eurocopa hemos asistido a casos impensables, a selecciones que estaban casi eliminadas (Italia o Turquía) y que han resurgido, a equipos que prometían mucho (Holanda) y han perdido, a equipos-revelación (Rusia) que han sucumbido.