Los elogios no descolocarán en el último asalto a la selección española, que persigue con su estilo esplendoroso y toda su alma que los efectos de su impacto en la Eurocopa 2008 alcancen también a Alemania. Ese es el propósito y la convicción de Luis Aragonés y del grupo que ha sabido armar para dejar boquiabierto a todo el fútbol continental.

Liberada tras romper la barrera psicológica de los cuartos de final ante Italia con una noche mágica de Casillas, España alcanzó las cotas más altas de atrevimiento, equilibrio y pegada en el segundo tiempo de la semifinal frente a Rusia. Ahora tratará de superar con los mismos jugadores y argumentos similares al bloque germano, trabajado para dar una réplica más consistente que los rusos y percutir contra la defensa española con una idea de juego de signo totalmente distinto a la española.

La baja de Villa por la microrrotura muscular que sufrió en el primer tiempo de la semifinal deja al equipo español sin el máximo goleador del campeonato, pero supone la entrada en la formación titular de Cesc, cuya aportación ha resultado capital en todos los partidos en los que ha salido desde el banquillo. En el primero ante Rusia dio una asistencia a Villa y marcó el cuarto gol. Frente a Suecia, su incorporación y la de Cazorla dieron al equipo mayor vuelo. Contra Italia en cuartos de final metió el penalti definitivo y su papel en la semifinal después de relevar al goleador asturiano mereció las alabanzas más encendidas.

DUDAS DISIPADAS