En vísperas de la sentencia del juicio del 11-M, el PSOE y el PP se enzarzaron ayer en un agrio cruce de acusaciones sobre la actitud que han mantenido en torno a la mayor matanza terrorista en la historia de España. Los socialistas responsabilizaron al partido de Mariano Rajoy de alentar una etapa en la que "algunos trataron de confundir a los ciudadanos e imponer su falsedad". "El PP ha ido por un lado y las investigaciones judiciales por otro, pero el Estado de derecho pone a todo el mundo en su sitio", afirmó el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido. Los conservadores, a su vez, denunciaron las "manipulaciones" socialistas y dijeron estar "orgullosos" de su papel en aras del "esclarecimiento de la verdad".

Un día después de desmarcarse de la teoría de la conspiración , que pretende sembrar dudas sobre la autoría de los atentados, el PP dio ayer un giro de tuerca a su estrategia e intentó presentarse como el partido que ha mantenido la conducta más ejemplar en todo lo concerniente al 11-M.

"MANIPULACION" En esa actitud inscribió el portavoz popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, las cerca de 500 preguntas parlamentarias y las continuas referencias de dirigentes de su partido acerca de supuestos agujeros negros en la investigación y la presunta participación de ETA en la masacre. Zaplana dijo que la única teoría que él conoce es "la de la manipulación", que atribuyó al PSOE. Zaplana sostuvo que su partido acatará la sentencia sobre los atentados, pero no descartó seguir "buscando la verdad" si el fallo deja resquicios sobre la autoría del 11-M.