"Esta es la administración número 27, me la concedieron un día 27 cuando cumplía 27 años en Córdoba y hoy, día 27 de octubre, es mi cumpleaños", detalló ayer Pedro Romero, dueño del establecimiento que ocupa el sótano de El Corte Inglés, para quien el premio que repartió ayer está lleno de significado y de buenos augurios. "Solo tenemos dos números abonados desde hace años, uno acaba en 90 porque a mi mujer le dio buen pálpito y ella tiene muy buen ojo para estas cosas y el otro es un 27, el 59.127", asegura Pedro, mientras Marisa dice muy segura que "estoy convencida de que un día de éstos toca". De hecho, ésos son los dos únicos décimos que cada semana compran ambos a la espera de que un día ellos también resulten agraciados. Lo cierto es que no es el primer premio que reparten. "En diciembre del 2006 dimos los 6 aciertos de la Bonoloto, hemos repartido varios premios de Navidad y el Euromillón, que yo recuerde".

Uno de los asiduos a este establecimiento, Jerónimo Pineda, se benefició ayer de esa buena suerte del 27. "Compro todas las semanas lotería y también echo quinielas y bonolotos de vez en cuando", confiesa, "y ya me ha tocado alguna cosilla antes aunque nunca tanto", explicó contento mostrando sus dos décimos a la cámara, que le valdrán por 120.000 euros.

Unas plantas más arriba, una dependienta compartía la alegría con sus compañeros tras saber que tres de sus familiares directos habían ganado 180.000 euros. "El otro día pasaron a verme mi padre y mi tío, que siempre compran juntos para ellos dos y mi abuelo, y se llevaron tres décimos". Hoy, cada uno tiene 60.000 euros más. "Mi abuelo no se lo creía, estaba llorando", dijo Lola, quien anoche celebró por todo lo alto la buena fortuna. Al igual que otra clienta de El Corte Inglés, una joven de origen chino que se enteraba del premio al encontrarse con Javier Romero, hijo de los dueños de la administración. "Perdona, me suena tu cara, ¿tienes lotería del sábado?", le preguntó él. "Sí", dijo ella y le mostró unos décimos de Navidad. "No, del sábado", insistió Javier. "Ah, espela, espela", indicó con su escaso español mientras sacaba del monedero un décimo del 71.372. "Pues te han tocado 60.000 euros, enhorabuena", le informó el dependiente, ante lo que, incapaz de reaccionar, salió corriendo.

Y es que el día de ayer estuvo lleno de pequeñas historias que quedarán para siempre en la memoria de los dueños del despacho 27. "Mi hermana vino esta semana, le dije que me gustaba este número, pero no me hizo caso y se llevó otro", dice la madre de Javier. "La próxima vez, igual me hace caso".