LUGAR DE NACIMIENTO VALENCIA

EDAD 54 AÑOS

PROFESION INSPECTOR DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL

Aunque valenciano de nacimiento, Luis Planas debe considerarse cordobés, pues a la capital llegó en 1980, aquí conoció a su mujer, María Jesús, y de aquí son sus dos hijos. Además de este aspecto familiar, Planas ha desarrollado su actividad política desde Córdoba, primero como diputado en el Congreso, más tarde como eurodiputado, cargo al que siguieron el de consejero de Agricultura y Pesca y de Presidencia de la Junta con gobiernos de Manuel Chaves, para pasar posteriormente a ser director de gabinete de los comisarios europeos Manuel Marín y Pedro Solbes. A propuesta del ministro Miguel Angel Moratinos, el Consejo de Ministros nombró a Luis Planas embajador de España en Marruecos en abril del 2004.

Su aterrizaje en la carrera diplomática era casi un destino. Cuando estaba en Córdoba, marchó unos meses a Bruselas para preparar un informe sobre temas comunitarios; como diputado del PSOE por Córdoba fue miembro de la Comisión de Exteriores y portavoz en temas europeos; en el Parlamento Europeo se ocupó también de los asuntos exteriores y de las relaciones con Estados Unidos; en la Junta de Andalucía continuó interesándose por la vertiente exterior (Europa y cooperación al desarrollo), y finalmente en los ocho años que pasó en Bruselas se dedicó fundamentalmente a las relaciones exteriores (Mediterráneo, Iberoamérica y Asia) y a las cuestiones económicas y financieras, en particular el euro.

Su misión conlleva, en el caso de Rabat, actividades diplomáticas clásicas, otras de naturaleza más política y una vertiente económica y comercial muy importante, así como la de cooperación al desarrollo, y la cultural y educativa. A la parte exterior dedica bastante tiempo, un mínimo de tres días por semana fuera del despacho; y otra parte de dirección y gestión bastante considerable: una embajada de 200 personas, con presencia de la casi totalidad de los ministerios, siete consulados, seis Institutos Cervantes y once colegios e institutos de enseñanza.

Después de pasar años en Europa, Planas confiesa que le ha costado poco trabajo adaptarse a este empleo y a las costumbres del país en el que representa a España. En Marruecos, percibe que hay "una continuidad cultural y psicológica más allá de la histórica y geográfica con Andalucía". En Rabat está con su familia, que, según dice, se adapta bien tanto a los fríos de Bruselas como a los calores de Marruecos.

Si echa algo de menos es más tiempo para hacer más cosas. "Hay tanto por hacer, tantos prejuicios y falsos clichés por deshacer, tanto por construir. Pero la perseverancia y el tiempo lo harán posible, como casi todo".

Para Luis Planas, los momentos más apasionantes de su trabajo en Rabat han sido la visita de los Reyes de España a Marruecos en enero del 2005 y la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre ambos países, en la que participó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, así como ocho ministros. Como acción singular destaca la gestión de la emigración, en la que, según dice, se ha establecido una acción coordinada de lucha contra la emigración ilegal, pero también de fomento y apoyo a la emigración legal y a la integración de los emigrantes.

En cuanto a las relaciones que mantienen España y Marruecos, Luis Planas señala que han sido de "excesivos altos y bajos". E indica que si se consigue mantener de cara al futuro lo que se ha hecho en los tres últimos años, introducir un poco de serenidad y de estabilidad basadas en el dialogo y la discusión sincera de los temas por ambos lados, "el beneficio lo será para todos". Fruto de esas relaciones el embajador asegura que los resultados son bien tangibles. "Por sólo citar algunos: pesca, emigración, seguridad, comercio e inversiones, cooperación y presencia del español y de la cultura española".