El 60% de la población mundial vivirá en regiones con escasez de agua en 2025, si se mantiene su actual ritmo de consumo, que duplica al de crecimiento demográfico, según datos difundidos por la ONU en Ginebra con motivo de la celebración, hoy, del Día Mundial del Agua.

La oficina de las Naciones Unidas en Ginebra defendió a través de un comunicado que "hacer frente a la escasez de agua es uno de los mayores retos del siglo XXI", ya que en cada continente, según el Consejo para el Acceso al Agua y a Recursos Sanitarios (Wsscc), existen zonas con déficit de agua o con grandes dificultades de acceso, a causa de fenómenos medioambientales como las sequías, combinados con un mayor consumo derivado del crecimiento global de la población y del desarrollo económico.

Por ello, más de una sexta parte de la población mundial (1.100 millones de personas) no dispone de un acceso garantizado y asequible a ese recurso natural e, "incluso en lugares donde aparentemente hay agua suficiente, los pobres tienen dificultades para acceder a ella", denuncia el citado organismo, auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

TEMOR EN EL MUNDO ARABE Por otro lado, el mundo árabe conmemorará el Día Internacional del Agua con pocos motivos para la celebración y muchos para la inquietud, pues se prevé que la coincidencia de menos lluvias y más población reduzca a la mitad la cantidad de agua por persona en 2050. Las previsiones ofrecidas por el Banco Mundial (BM) en su reciente informe "Sacar el máximo provecho de la escasez" anuncian tiempos difíciles para los países árabes por una reducción del 20% en las lluvias, como consecuencia del cambio climático, a lo que hay que añadir la explosión demográfica del área.

El análisis destaca la carestía del agua como uno de los problemas a los que debe enfrentarse la región en el futuro, pero también advierte de la ineficacia en la gestión de los recursos hídricos y de la urgencia de que se produzcan cambios políticos.

En Egipto, por ejemplo, los recursos acuíferos se sitúan en 1.800 millones de metros cúbicos, mientras que los externos -esencialmente el Nilo- superan los 58.300 millones, por lo que el país presenta una dependencia hídrica del exterior del 96,9%.