Han pasado una noche en el hostal Mariano, pero parece haber sido suficiente para saber que pasar más de quince días alojados en esta situación se les hará cuesta arriba. "Algunos tenemos niños y estamos en una habitación, con un armario enano para la ropa de todos, sin nuestras cosas y sin saber dónde vamos a vivir después", comentaba una vecina ayer antes de empezar la reunión con los responsables municipales.

Cumpliendo en los puestos de trabajo "a salto de mata", siete de las ocho familias afectadas por el desalojo de la calle Loja manifestaban ayer su malestar ante la realidad a la que se enfrentan, de la que no se sienten responsables. "Hemos comprado un piso que hace una semana un perito nos valoró en 130.000 euros y ahora nos encontramos con que se cae abajo", explicaba Remedios, mientras acunaba en brazos a su hijo pequeño. Aseguran que ellos eran conscientes del deterioro paulatino del edificio, "y hemos llamado la atención a las autoridades varias veces", pero les sorprende que se haya actuado con tanta urgencia. "El escrito que nos dieron el martes tiene fecha del 16 de febrero, pero nos sacaron de casa ayer sin avisar y sin una orden de desalojo ni nada", insisten. Frente a estos siete vecinos, el octavo afectado, Antonio, se niega a abandonar su piso y, según la presidenta del bloque, María Dolores, "se quedó anoche otra vez durmiendo porque dice que no sale hasta que no lo echen a la fuerza porque no se fía de las promesas que le hagan".

Fuentes de Urbanismo aseguraron ayer que la zona sería acordonada y precintada a lo largo del día, pero los vecinos entraron a última hora de la tarde para coger cosas y dar de comer a sus animales sin la intervención de la Policía o Bomberos. "Mientras la puerta esté abierta, seguiremos entrando solos a por lo que nos haga falta", explicaron los vecinos, algunos de los cuales optaron por dejar de nuevo a sus mascotas durmiendo en su vivienda a la espera de alguna alternativa. "Mi marido ha ido a Sadeco para ver cómo estaba aquello, pero no le ha gustado para nuestro perro y en el hostal no nos dejan, así que el hamster y el perro se quedan a dormir otra vez en casa", comentó una vecina, que no sabe qué hacer con ellos.

De los ocho afectados, solo tres estaban pendientes de escriturar las viviendas como propias. "Y después de esto, es evidente que no lo haremos", comentaba uno de los adjudicatarios, que reside en la calle Loja desde hace 17 años a cambio de una cuota mensual de 1 euro.

A partir de ahora, solo queda esperar. Según la información facilitada por Vimcorsa, "lo más probable es que nuestros seguros de la vivienda se tengan que hacer cargo de nuestras hipotecas cuando el edificio se declare en ruina y nosotros nos mudaremos al piso que nos den a cambio de la cuota que nos fije Vimcorsa", indicó Dolores. El bloque como tal, cuya comunidad de propietarios se constituyó hace menos de un año, no tiene seguro. "Hasta hace un año, éramos tres vecinos y ha sido cuando ha empezado a llenarse cuando las grietas se han multiplicado", comentaron. Según la oferta municipal, "tendremos opción de compra--venta, de alquiler o de alquiler con derecho a compra".