Las empresas de energía y agua, al igual que las especializadas en infraestructuras, que serán las principales afectadas por la nueva ordenanza, hacen una valoración positiva de la norma, que ya se venía poniendo en práctica por acuerdo de los principales implicados, si bien advierten de que no será posible aplicarla en caso de averías y de imprevistos.

El director de Sevillana-Endesa en Córdoba, Alfredo Rodríguez, explicó que el Ayuntamiento no les ha dado oficialmente información sobre la nueva ordenanza ni sobre cómo la piensa aplicar, pero indicó que desde hace dos años "hay reuniones de coordinación con Emacsa, Gas Natural y nosotros para intentar ponernos de acuerdo sobre las obras". A Rodríguez le parece bien la iniciativa, pero advierte de que para su compañía sólo es posible aplicarla en el supuesto de las obras que planifica, no para las que derivan de averías ni para las peticiones que se le hacen por situaciones novedosas. Y pone un ejemplo: si en un solar en el que hay una sola vivienda se edifican diez apartamentos, o se instala un supermercado, será necesario hacer una nueva acometida, y eso no puede preverse con cinco años de antelación.

En similares términos se pronunciaba el gerente de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba, Emacsa, José Manuel Cardenete, quien explicaba a este periódico que desde hace algún tiempo las grandes obras planifican por medio de las comisiones de coordinación. Añade que aunque la nueva ordenanza plasma sobre el papel algo que, de alguna manera, ya se viene haciendo, no se podrá aplicar en casos de averías o intervenciones imprevistas. Explica que en los trabajos más recientes la empresa ya previsto posteriores intervenciones, por lo que ha dejado arquetas lo suficientemente amplias como para incorporar nuevas acometidas sin tener que levantar lo ya realizado.

Otra de las empresas que habitualmente lleva a cabo obras de infraestructuras y conducciones es Acsur. Su gerente, Leandro Piedra, cree que es una iniciativa positiva, puesto que hay zonas de Córdoba, sobre todo el Casco Histórico, en las que se deben extremar los cuidados y evitar demasiadas actuaciones de envergadura. Indicó Piedra que lo que se realiza ya en Córdoba (el acuerdo entre las compañías instaladoras de acometer al mismo tiempo sus redes), y que ahora pretende regular el Ayuntamiento, ya se hace en otras ciudades, con la denominación de "zanja inteligente", que consiste en abrir una sola vez y obligar desde el consistorio a que se incorporen a la canalización todas las redes que tengan previsto pasar por el lugar, para evitar nuevos movimientos de tierra. Además, se hacen instalaciones lo suficientemente amplias como para que otros servicios que lleguen después se puedan incorporar abriendo las tapas de la calle.