José Luis Rodríguez Zapatero ordenó el sábado "suspender todas las iniciativas para desarrollar el diálogo" con ETA y sentenció que el diálogo no será posible hasta que exista una voluntad "inequívoca" de la banda de abandonar la violencia. El presidente definió el "gravísimo" atentado del aeropuerto de Barajas como el "paso más equivocado e inútil que han podido dar los terroristas" y dijo que es "incompatible" con el alto el fuego, pero eludió en todo momento certificar la defunción del proceso de paz.

Zapatero hizo estas declaraciones en comparecencia extraordinaria de prensa en la Moncloa, después de llegar en helicóptero desde el parque de Doñana, donde descansaba con su familia. Lo acompañaba su plana mayor de colaboradores, con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega a la cabeza.

"Hoy estamos mucho peor que ayer", admitió Zapatero. Un día antes había proclamado en su balance del 2006: "Hoy estamos mejor que hace un año, y dentro de un año estaremos mejor que hoy". A la pregunta de qué había ocurrido para que cambiara la situación en apenas 24 horas, y de si había pecado de "ingenuo" en su optimismo, dijo que él hablaba desde la convicción de que la sociedad derrotará al terrorismo.

Tres veces preguntaron los periodistas a Zapatero si la "suspensión de las iniciativas para el diálogo" con ETA equivalía a la ruptura del proceso. Visiblemente incómodo, el presidente precisó que la suspensión significa que el Gobierno "considera que no se cumplen las condiciones de la resolución parlamentaria" que avala ese diálogo.

RESOLUCION Zapatero reafirmó así la vigencia de la resolución aprobada por el Congreso en mayo del 2005 con el apoyo de todos los grupos salvo el PP, que avala el diálogo con ETA en un escenario de ausencia de violencia. En junio del 2006, tres meses después de la declaración de alto el fuego, el presidente anunció el inicio del diálogo.

Fuentes gubernamentales explicaron que la situación tras el atentado vuelve a junio. Ello implica que el Gobierno deberá cerciorarse otra vez de la voluntad de ETA para abandonar la violencia antes de activar los mecanismos de aproximación a la banda que conduzcan al diálogo. Hasta el atentado, esos mecanismos ya estaban en marcha mediante encuentros entre emisarios del Ejecutivo y de la banda, el último de los cuales se celebró el 14 de diciembre fuera de España. Ahora, vista la magnitud del atentado, y en pleno rebrote de violencia callejera en Euskadi, los plazos podrían alargarse.