"Es un servicio a la Iglesia, me lo pide el obispo", decía ayer tarde, tras hacerse público su nombre como futuro presidente de Cajasur, el vicario general de la Diócesis de Córdoba, Santiago Gómez Sierra. Unas palabras casi arrancadas, un poco por sorpresa, ya que, como señalaba a este periódico, no quería hablar con la prensa en tanto no lo hiciera el obispo, Juan José Asenjo, y "por respeto al consejo de administración de Cajasur". Así que se limitó a indicar que su actitud es "servir a la Iglesia en Cajasur, a la sociedad de Córdoba y Andalucía y a la entidad". Y ya está, no hubo manera de arrancarle más.

Gómez Sierra se irá dando a conocer en el futuro, aunque muchos ya saben de él como sacerdote que está en Córdoba desde 1982, ya casi cordobés, aunque nacido en Madridejos (Toledo) hace 49 años. Y se le conoció primero como párroco en Alcolea, y después de la Trinidad (1993-2005) y vicepresidente de la junta de gobierno de la Obra Pía Santísima Trinidad, cargo que todavía ostenta. Y en el que, por cierto, administra una institución benéfica con varios cientos de empleados, en la que ha desarrollado una buena experiencia de gestión.

Licenciado en Filosofía y Letras y Ciencias de la Educación por la Complutense de Madrid, es también licenciado en Teología por Comillas y profesor del Seminario San Pelagio desde 1982. Actualmente, Gómez Sierra es vicario general de la diócesis, para lo que fue nombrado por el obispo en el año 2004, si bien ya había ocupado este cargo entre los años 1997 y 2001. Es, además, moderador de la Curia y canónigo deán de la Catedral de Córdoba, tras su designación en julio del año 2005. Es precisamente esta dignidad eclesiástica la que le convierte en patrono nato de Cajasur y, por tanto, miembro del consejo de administración de la caja cordobesa. En Cajasur, Gómez Sierra no ostenta cargos en el organigrama más allá de su pertenencia al consejo y a las comisiones de trabajo, aunque conoce bien las circunstancias de la caja y su transición, pues estuvo muy al lado del obispo durante todo el periodo de negociación y aplicación de los acuerdos alcanzados entre Asenjo y el consejero Griñán en diciembre del 2004.

De su forma de ser, se irá sabiendo. Hoy día se le considera persona dialogante y con capacidad de trabajo en equipo, y se espera que mantenga el consenso y equilibrio entre la Iglesia y las instituciones públicas en el seno de Cajasur.