Cuenta la tradición que un soldado del tercio de Bobadilla encontró al cavar una trinchera la imagen de una Virgen que devolvió la esperanza a los españoles asediados por los holandeses en la Isla de Bonmel. Tras el hallazgo, el 8 de diciembre de 1585, un intensísimo frío que congelaba las aguas, obligó a los holandeses a huir con sus barcos ante el miedo de quedar bloqueados.

La efemérides explica por qué la advocación de la Inmaculada es la patrona de la Infantería. Y ayer, la historia fue recordada ante los 2.000 soldados y oficiales de los dos regimientos de la brigada Guzmán el Bueno X, el Córdoba 10 y el de la Reina 2, formados en los Llanos del Conde, en la base de Cerro Muriano, para la parada militar con la que cada año conmemoran el 8 de diciembre.

Tras la revista a la tropa y la imposición de condecoraciones, cuarenta y cuatro civiles juraron bandera. Entre ellos, varias concejalas del Partido Popular en Córdoba y una numerosa representación de la ciudad de Bailén, muy ligada al regimiento Córdoba 10 desde la guerra con los franceses. La parada militar acabó con un desfile donde también intervinieron carros de combate, como los emblemáticos Leopard 2 .

El acto congregó a cientos de personas en la base, la mayoría familiares de los soldados venidos de toda España.